Por Deyes Sosa
La noticia se conoció en la calle y se confirma en los datos
que la flamante Facultad de Medicina de la UNSE subió a internet. Tan solo 4
aspirantes al ingreso, sobre 444 inscriptos (10%), aprobaron el examen previo
directo para iniciar la carrera médica en Santiago. De los 386 restantes, medio
centenar fue eliminado de los registros, en tanto que los 336 restantes tienen
chances de alcanzar el objetivo vía recuperatorio. ¿Cuántos quedaran
finalmente? es una incógnita.
La referencia de los “bochazos” en el ingreso a las carreras
universitarias no es un hecho nuevo en el país, y por ende, nuestra provincia
no puede ser una excepción. Noticias de esta índole se han difundido mediante
la prensa en los últimos tiempos -Universidad de La Plata, un ejemplo - lo que
revela la preocupante circunstancia de que los jóvenes aspirantes a una carrera
universitaria muestran en estos tiempos y en un proceso gradual negativo, el costado
cada vez más débil en conocimientos básicos de la instrucción que traen del
ciclo secundario.
Se buscó como paliativo para ello, la sanción en el senado en
octubre del año pasado de una ley impulsada por la diputada del FPV Adriana
Puigrros en uno de cuyos principales artículos no solo garantiza la gratuidad
en la universidad pública sino también la posibilidad de eliminar los exámenes
de ingreso, bajo el criterio de que la concurrencia a las casas de altos
estudios debe ser “libre e irrestricta como una forma de evitar restricciones
al acceso a las universidades públicas con los exámenes eliminatorios y otros
mecanismos de exclusión”.
La ley repercutió negativamente en el proyecto de la flamante
Facultad de Medicina de la UNSE, cuyo decano, el doctor Humberto Herrera
sostuvo en declaraciones a un medio local que la medida “atenta contra los
propósitos de generar una carrera que nos permita formar profesionales de
calidad; tomaremos las medidas necesarias y estudiaremos el problema.
No es fácil, teniendo en cuenta la expectativa que tuvo la
preinscripción de 1080 alumnos a los que se sumarán unos 300 que finalizarán el
secundario este año", analizó el veterano docente universitario y Rector
de la Unse durante dos períodos consecutivos. Herrera abundó en conceptos al
decir: “es una ley que no respeta las particularidades de cada universidad,
sobre todo la de Medicina lo que pone en crisis el ingreso a estas facultades
que son a las que mayormente les caerá el problema, y que cuando se ponga en
vigencia nos obligará a revisar muchas cosas. Hay indicadores o exigencias en
esta carrera en particular ya que se trata de las vidas de las personas, para
que los que ingresan lo hagan con un nivel adecuado de formación. Los
aspirantes a la flamante Facultad de Medicina santiagueña fueron examinados
recientemente sobre cuatro ítems de conocimientos, previas clases de apoyo, en
Alfabetización Académica, Física, Biología y Química con el magro resultado
conocido.
El caso en particular impone consecuentemente una profunda
revisión de los planes de estudios y su concurrente asimilación por parte de
los jóvenes estudiantes secundarios y al propio tiempo el compromiso de la
sociedad (familia) en controlar o vigilar la enseñanza-aprendizaje de nuestra
juventud con aspiraciones a una formación universitaria responsable.