viernes, 30 de septiembre de 2011

EL SER PROGRESISTA

  Cuando los valores se expresan a traves de una práctica
Por Tomás Abraham | Para LA NACION
 
¿Que es una persona progresista? Una persona que cree en valores. Valores de solidaridad, de libertad, igualdad y justicia. ¿Qué es una persona progresista? Es una que cree en valores. Valores como la ciencia, la educación y el progreso. ¿Qué es una persona progresista? Una que cree en los derechos humanos, los derechos de los ciudadanos, los derechos de los niños, la igualdad de género. ¿Qué es una persona progresista? La que cree en valores como el pluralismo, la tolerancia, el diálogo, el consenso y la participación. ¿Qué es una persona progresista? Es aquella que cree en la inocencia de los niños, la madurez del adulto y la sabiduría de los ancianos.

Bien, una vez enumerados algunos de los valores de los que es portador un ciudadano progresista, pido que pase al frente aquel que no crea en estos valores. Por favor, dije que pase al frente. ¿Nadie? Espero un minuto más, no tengo toda la tarde. ¿Cómo que nadie? ¡No puede ser que todos crean en lo mismo!
Veo que nos encontramos con un problema. Si todos creen en los mismos valores, todos los hombres son iguales. Pero no son iguales, son todos diferentes por la misma definición de individuo, y de persona. Doble etimología de persona, del latín: per se una , y per sonare . Unicidad, por un lado, y máscara con embudo invertido que amplifica la voz, por el otro. Se es uno por singularidad, y siempre la misma persona por disfraz y ampulosidad.
¿Y si ser progresista no fuera una creencia ni una indentidad? ¿Si, por el contrario, nadie fuera progresista? ¿Si, como decía Hegel, "sólo en la noche todos los gatos son negros" y todos los hombres son progresistas?
El progresismo es una creencia, y como toda creencia es un placebo. Nos permite ser políticamente correctos, moralmente intachables, psicológicamente equilibrados, intelectualmente? intelectualmente?intel? dormidos.

Hay gente que se queja -por lo general son progresistas- de que hoy los valores están en subasta. Más de un martillero amoral los ha rematado. Hasta donde nos permite alcanzar nuestra vista, sólo vemos tierra arrasada. Jaurías de posmodernos, nihilistas y cínicos roen los restos de cadáveres progresistas desparramados por cancha rayada. Nada vale, todo tiene un precio. El reino de los fines ha sido asaltado por las hordas de pragmáticos a los que sólo le importan los resultados. Nadie cree en nada, salvo los progresistas.
"Tú crees, tú puedes", me dicen. Y respondo: no creo, quiero. Y no sé si puedo. La correspondencia entre creencia y entusiasmo no se establece, como algunos sostienen, de una manera tan clara. Lo que provoca entusiasmo es difícil de diagnosticar. A lo mejor hacer pogo entusiasme. Quizás una combinación de camaradería, festival musical y participación en una campaña para juntar dinero para construir viviendas, entusiasme.

Los curas de parroquia siempre supieron entusiasmar a la juventud; hoy los de La Cámpora aprendieron el libreto.
Hace un tiempo se decía que si Dios no existe o si no se creyera en él, todo estaría permitido. Otros dicen que la existencia de Dios es la que permite todo, desde un cuadro con las deformidades de El Greco, la literatura fantástica de Leibniz hasta un atentado en una estación de tren.

Pero como el progresismo es laico, lo que temen es que desaparezcan los valores. ¿Qué seríamos sin valores? Nada, puro cuerpo, deseo sin límites.
El progresismo sabe poco de erotismo. Por lo general los progresistas no tienen swing . Les falta un poco de charleston y bastante de murga. Transmiten una bondad que apabulla. Y se ven afectados de un espíritu de seriedad que nos evoca a Jean Paul Sartre, cuya filosofía y literatura se concentraba en esa actitud que se justifica a sí misma en "los valores".

Si de valores se trata, estoy obligado a creer en todos los que me hablan de ellos, o de contratar a un agente
de investigaciones morales para saber si los mismos valores han moldeado la "subjetividad" del predicador con la coherencia debida. Debería creer en la autenticidad del macrismo, en el alfonsinismo padre y en el alfonsinismo hijo, en el kirchnerismo, en el socialismo tradicional, el peronismo, el cristianismo, el judaísmo, el islamismo, y no sigo porque voy a terminar en la literatura de autoestima.
¿Cómo diferenciarlos? ¿Me alcanzará -ya que el aspecto positivo los iguala- el sistema de odios que cada uno elabora y los enemigos destacados por sus pasiones negativas, para decidirme por uno de ellos? Evidentemente, no.

Por eso mi adhesión a la candidatura presidencial de Hermes Binner no se basa en que es el líder político de un movimiento que se dice amplio y también progresista. Con que sea amplio y socialista me basta. Y los valores que transmite no duermen para mí en el limbo a la espera de bajar e iluminar con sus virtudes al militante virginal.
No es la primera vez que una práctica política novedosa se piensa a sí misma con un vocabulario viejo y gastado. En la historia de las ciencias, Louis Althusser nos había enseñado la frecuencia de estos defases en los que el propio creador de un nuevo sistema carecía del lenguaje que pudiera describir la novedad de su descubrimiento. Estimo -después de lo que escribí ya no me permito decir "creo"- que el socialismo popular y federal que asume el poder hace veinte años en Santa Fe es la única novedad en el panorama político nacional en muchos años, y que esta novedad está en estado práctico. Le faltan las palabras que den cuenta de ello. En el programa que presentaron el 22 del mes pasado se leen algunas de estas innovaciones que deberán explicitar a todo el país y enriquecer en el futuro próximo y en el no tan cercano, que se agregará a la conocida honestidad que ha caracterizado su gestión.

Fortalecimiento del Estado a través de una organización descentralizada con relaciones en red. Las experiencias realizadas hasta la fecha de formas de democracia "semidirecta". La idea de un gobierno "abierto". La naturalización del control como política de Estado. El rediseño organizacional del Estado nacional en función de la regionalización y la descentralización. La creación de consejos sectoriales de gestión y seguimiento de políticas públicas. El modelo de salud pública como sistema gratuito con tres niveles de complejidad.

Hay una experiencia de veinte años de un pensamiento socialista municipal en acción, que hace una nueva experiencia a nivel provincial y que se propone a todos los argentinos. Llevará tiempo "ampliarla" a los problemas nacionales y crear los cuadros políticos y técnicos para pensar concretamente al país.
La gestión no es un asunto de tecnócratas. La dicotomía ideología-técnica es propia de una concepción arcaica y moralista de la política. La democracia no es un "valor" sino un dispositivo que combina distintas formas de construcción y distribución del poder, y una serie de procedimientos.
Los valores no son sustancias, sino modos en que apreciamos, rechazamos, repelemos o admiramos en circunstancias de la vida de todos los días. Los valores son acciones, y no son siempre conscientes. Es usual el caso de quien ostenta un valor en salones de recepción y en púlpitos, y que en la cocina de su vida se conduce como Mr. Hyde. Pero no por "hipocresía", sino porque la ética es una cuestión de sensibilidad y de lo que los filósofos llaman sentimientos morales. El "asco", por ejemplo, es un gesto moral y se lo siente con el cuerpo. La envidia lo mismo. Hasta la ignorancia lo es. "La ignorancia es una pasión", pensaban los moralistas franceses.

Por supuesto que la honestidad de la gestión socialista es una característica totalmente anormal en la sociedad argentina. Es un rasgo de "locura", hasta tal punto que parece una extravagancia. Nos gusta más que nos gobiernen personajes corruptos para poder así dormir en paz con nuestra propia corrupción bajo la almohada. La transparencia de la que da ejemplo Binner se vuelve un superyó demasiado exigente para una sociedad que se administra a sí misma con ilegalismos que ya se han transmitido metódicamente de padres a hijos.
La denuncia a la corrupción no rinde -lo han mostrado las últimas elecciones-, no se ve en qué puede beneficiar a la sociedad un socialismo popular y federal que además es decente. Pero eso ya no sólo depende de Binner sino, fundamentalmente, de nosotros.
© La Nacion .

miércoles, 28 de septiembre de 2011

BORGES ERA TIO DE PERON

Un historiador revela los vínculos de sangre entre el célebre escritor y el ex presidente.
Por Darío Silva D'Andrea

27.09.2011


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Quién es el antepasado que comparten Borges y Perón.

Adoptando una de las célebres frases de Jorge Luis Borges, la historia argentina puede decir que al escritor y a Juan Domingo Perón no los unió el amor ni el espanto. Pero ahora comprueban que la sangre es lo que unía a estos dos hombres, considerados entre los más influyentes de la historia argentina en el siglo XX.

Según un libro lanzado recientemente, titulado Eva Duarte y Juan Perón: la cuna materna, y escrito por el historiador Ignacio Coppet, el escritor y el presidente compartieron un antepasado en común, que vivió en el siglo XVIII.

En el apartado subtitulado “Perón y Evita descienden de conquistadores. El Parentesco de Borges y Perón”, Cloppet asegura que el escritor y el general descienden del Maestre de Campo don Pedro Pascual de Acevedo, “quien pobló de descendientes la pampa santafesina y bonaerense y uno de los primeros habitantes de Rosario”, por entonces la capital económica de la provincia de Santa Fe.

El prolífico terrateniente tuvo dos esposas. De los hijos de la primera, doña Estefanía de Obelar, desciende Perón (1895-1974), mientras que Borges (1899-1986) desciende de los hijos de su segunda mujer, doña Tomasa Benítez. Entre los descendientes de Acevedo figuran también los presidentes Luis Sáenz Peña (1892-95) y Roque Sáenz Peña (1910-1914).

“Borges tenía una diferencia de cinco generaciones con aquel terrateniente, mientras que Perón tenía ocho, de modo que el escritor era un tío lejano del presidente y general”, asegura el historiador, mientras aclara: “Yo no intento conciliarlos. Lo que digo es que tenían un tronco en común, una misma sangre”.

Borges no sentía estima por los partidarios del general Perón, cuyo mandato recordó siempre como “los años de oprobio”. Admitía que los peronistas “no son ni buenos, ni malos… sino incorregibles”, y advertía en Perón un “hombre capaz de todos los males”.

Se dice que estando ya ciego, un joven se ofreció a ayudarlo a cruzar una avenida y a mitad de camino le dijo: “Disculpe maestro, pero le tengo que decir... soy peronista”. Borges sonrió diciendo: “¡No se preocupe!, yo también soy ciego”.

El desprecio era recíproco: con la llegada del peronismo al poder, en 1946, Borges fue obligado a renunciar a su empleo como bibliotecario y tomar el degradante puesto de “inspector de mercados de aves de corral” por el gobierno.

Según Cloppet, Borges tenía ciertas sospechas sobre su parentesco con Perón. Por eso, cuando se enteró que su sobrino Miguel de Torre Borges investigaba su genealogía, le pidió que no indagara demasiado: “No siga moviendo el árbol genealógico, no vaya a ser cosa que seamos parientes de Perón”.
 

domingo, 25 de septiembre de 2011

Despedida de Nancy Iriarte Díaz (su ex esposa), a Hugo Chávez;

Chavez y su amigo Fidel Castro.
Que fue publicada el 9 de agosto de 2011 en uno de los periódicos venezolanos de mayor circulación “El Universal”
 
Algunas consideraciones sobre tu muerte:

No quiero que te marches de esta vida sin antes despedirnos, porque has  hecho un mal inmenso a mucha gente, has arruinado a familias enteras, has  obligado a legiones de compatriotas a emigrar a otras tierras, has vestido de luto a incontables hogares, a los que creías tus enemigos los perseguiste sin cuartel, los encerraste en ergástulas que no lo merece ni un animal, los insultaste, los humillaste, te burlaste de ellos, no solo porque te creías poderoso, sino inmortal... porque el fin de los tiempos no era contigo.
 
Pero llegó tu turno, los plazos se acaban, el término de tu contrato llega a su fin, tu "ciclo vital" se apaga poco a poco y no de la mejor manera; probablemente morirás en una cama, rodeado de tu familia, asustada, porque va a tener que rendir cuentas una vez que des tu último aliento, te vas de esta vida lleno de angustia y de miedo, allí van a estar los curas a quienes perseguiste e insultaste, los representantes de esa Iglesia que ultrajaste a placer, claro que te van a dar la extremaunción y los santos óleos, no una, sino muchas veces, pero tú y ellos saben que no servirá de nada, es solo para calmar el pánico que hace presa a tu alma ante el momento que todo lo define.
 
Mueres enfermo, padeciendo el desahucio, las complicaciones inmunológicas, los terribles efectos secundarios de las curas que prometieron alargar tu vida, tus órganos se van apagando uno a uno, tus facultades van perdiendo el brillo que las caracterizaba, tus líquidos y efluvios son colectados en bolsas plásticas con ese hedor a muerte que tanto te repugna.
 
Dime si en este momento, antes de que te apliquen una nueva inyección para calmar los dolores insoportables que padeces, vale la pena que me digas que no te pueden quitar lo bailado, ¡ah! los viajes por el mundo, los maravillosos palacios que te recibieron, las paradas militares en tu honor, las limousines, los títulos honorarios, los pisos de los hoteles cinco estrellas, las fastuosas cenas de Estado... dime ahora que vomitas la papilla de auyama que te tratan de dar las enfermeras, si era de eso de lo que se trataba la vida, pues ese brillo y el oropel ya no están entre los monitores y máquinas de resucitamiento que te rodean, esas marchas y aplausos ahora son tonos y alarmas de sensores que regulan tus signos vitales que se hacen más débiles.
 
¿Puedes escuchar al pueblo de tu país afuera de tu cuarto?... debe ser tu imaginación o los efectos de la morfina, no estás en tu patria, estas en otro lado, muy lejos, entre gente que no conoces... sí, estás muriendo en tu propio exilio, entre una banda de pilluelos a quienes les has tratado de entregar tu propio país, tus últimos momentos los pasarás entre chulos y estafadores, entre tu corte de aduladores que solo te muestran afecto porque les dabas dinero y poder, todos te miran preocupados y con rabia, nunca dejaste que ninguno de ellos pudiera tener la oportunidad de sucederte, ahora los dejas al descampado y tu país al borde de una guerra, ¿Era eso lo que querías? ¿Fue esa tu misión en esta vida? Olvídate del cuento de los pobres, ahora hay más pobres que cuando llegaste al poder, olvídate de justicia e igualdad cuando prácticamente le entregaste el país a una fuerza extranjera que ahora tendremos de desalojar a la fuerza y a costas de más vidas.
 
Tengo la leve impresión que ahora sabes que te equivocaste, creíste en un cuento de camino y te creíste revolucionario, y por ser revolucionario... inmortal, convocaste a tu lado a los muertos, a tus héroes, a esos fantasmas que también creíste con vida, a Bolívar, al Che, a Fidel, al Marx que nunca conociste y que recomendabas su lectura... el andar con muertos te llevó a la magia y a los babalaos, te metiste a jurungar tumbas, y a ofrendarle a una corte de demonios y malos espíritus que ahora te acompañan... ¿Sientes su presencia en el cuarto? Vienen a cobrar, a recoger lo único que tenía valor en tu vida y que tan malamente apostaste por la oscuridad y el mal, tu alma.
 
Bueno, me despido, solo quería que supieras que pasarás a la historia como un traidor y un cobarde, que no rectificaste cuando pudiste, te dejaste llevar por tu soberbia, por tus ideales, por tu ideología renunciando a los más preciado, a tu libertad y a la libertad de los otros, y la libertad nos hace humanos.
 

"El Socialismo solo funciona en dos lugares:
en el Cielo, donde no lo necesitan, y en el Infierno donde ya lo tienen"
 
Nancy Iriarte Díaz

lunes, 19 de septiembre de 2011

AMADO ESTA FELIZ.

Amado Boudou es un fenómeno. El tipo canta, toca la guitarra, anda en moto, sale en las revistas, es divertido, canchero, se ríe, da buenas noticias, transmite confianza, seguridad y económicamente anda un violín . Es el yerno ideal.

Por lo tanto, yo le aconsejo a usted, amigo lector, que salga corriendo, haga un pozo en el fondo de su casa y entierre dólares o euros o yenes o moneditas de oro o lingotitos o anillitos o acciones o bonos o escrituras o fideos o haga cualquier cosa porque lo más probable es que se venga un desbarajuste padre, que es lo que suele suceder cuando un ministro de Economía canta, toca la guitarra, anda en moto, sonríe, cancherea y está feliz, en el medio del quilombo económico mundial más grande que hubo desde el crack del 29 .

Mientras acá festejamos lo bien que nos va, allá afuera en el mundo están navegando en medio de una tempestad y comiéndose un baile de novela. Vaya previendo que el viento de popa se puede transformar en un huracán de proa y no espere que nadie venga a rescatarlo porque, hoy en la Argentina, la ola está de fiesta . Por eso es importante entender qué es lo que está pasando. Veamos.
Todo empezó cuando Alan Greenspan, que era el Marcó del Pont de los Estados Unidos pero pelado, viejo y feo , bajó la tasa de interés para incentivar el crédito y el consumo. El famoso plan “ Apple for everybody ” (“computadoras para todos”).

La tasa, justamente, es la ganancia de los bancos (la diferencia entre la que cobran y la que pagan). Al bajar las tasas, los bancos salieron a dar más créditos para poder seguir ganando la misma cantidad de guita porque, como todo el mundo sabe, la única variable intocable de la economía mundial es el bono de fin de año que se encanutan los capos financieros.

¿Se lo explico más fácil? Supongamos que usted tiene un negocio y vende, por ejemplo, kirchneristas . ¿Cuánto valía un kirchnerista en 2003? Carísimo. Como había poquitos, el kilo de kirchneristas valía una fortuna . Más que el de alcauciles. Usted vendía 100 o 200 kilos de kirchneristas por mes y vivía como un bacán . En cambio ahora sobran kirchneristas. Los hay en todo el país, por lo tanto no valen nada ( con todo respeto, por supuesto ). Usted, para juntar la misma guita que en 2003, ahora tiene que vender toneladas de kirchneristas . Yo sé que el ejemplo es un poco gorila pero sirve a los efectos didácticos.
Lo mismo le pasó a los bancos que, en lugar de kirchneristas, venden plata cuyo costo es la tasa. Al bajar la tasa, tuvieron que prestar más plata para compensar la pérdida. De ese modo, sus ejecutivos le pudieron seguir cambiando, a fin de año, el Mercedes Benz al gato .

Para colocar más plata, los bancos hicieron cualquier cosa. Por ejemplo, le prestaban guita a todo tipo que quisiera comprarse una casa, tuviera o no los recursos para devolverla. El famoso plan “ housing for everybody ” (casas para todos). De ese plan, por ahora acá, olvídese. Al 25% de inflación, no hay manera. (Esto lo decimos en voz baja, si no Moreno se enoja y te manda a decir cuánto te quiere ).

Así siguió la cosa hasta que un día la gente dejó de pagar y los bancos temblaron. Entonces le fueron a pedir ayuda al presidente Bush. Pero el tipo no les dio bola porque estaba viendo su programa favorito: “ El show de Guantánamo ”, un magazine que muestra, por ejemplo, unos marines ahogando a un prisionero afgano en un balde con agua y otros bloopers redivertidos . Lindo formato. Mide bien.

Por no atenderlos, se les vino en banda el primer banco: Lehman Brothers. La gente entró en pánico y corrieron todos a sacar la guita . Entonces Bush decidió que era mejor salvar a los bancos porque si no iban a tener que poner un “ corralitou ”. En ese momento asumió el nuevo presidente Obama y dijo: “ El que depositó dólares recibirá dólares ”, lo cual es muy fácil decirlo porque total los que fabrican los dólares son ellos mismos . Esta es la parte que, en su momento, Duhalde no entendió. Con legalizar cualquiera de las cuevas donde se hacen los dólares falsos, arreglaba el problema. Los dólares falsos eran mucho mejores que los pesos devaluados . No se avivó. Allá él.

Obama resolvió el problema de la deuda privada, pero dejó al Tesoro americano endeudado hasta las orejas . Ahora llegó el momento de la verdad: la deuda pública es impagable. La europea, la americana y la de todo el mundo (menos la nuestra porque ya los acostamos a todos antes de este lío ).

Los países desarrollados tienen 4 opciones: bajar el gasto, subir impuestos, combinar ambas cosas o llamar a Rodríguez Saá . ¿Se acuerdan? “ Anuncio que el Estado argentino suspenderá el pago de la deuda externa ” y todo el Congreso gritaba “ ¡¡Argentina, Argentina! ” En este caso sería: ¡Estados Unidos, Estados Unidos! Lástima que las cámaras no enfocaron la cara de los diputados y senadores que aplaudían para poder identificarlos. Cuánto valdría esa toma ahora, ¿no? Para evitar el default, Obama le pidió al Congreso que lo dejen endeudarse un poquito más y compensar subiendo impuestos. El Partido Republicano, que es la oposición ( ellos allá tienen una cosa que se llama oposición ), rechazó la propuesta y le exigió la reducción del gasto público (¿le suena?). Todo esto impulsado por un grupo de extrema derecha llamado Tea Party, y que es algo así como una fiestita de cumpleaños de Biolcatti .
Obama, en lugar de enfrentarlos, aceptó la reducción del gasto. Bill Maher y otros seguidores se enojaron con él y ahora dicen que en Estados Unidos hay dos partidos: uno que no tiene cerebro y el otro que no tiene pelotas (¿le suena?).

¿De dónde saca EE.UU. la plata para endeudarse? Se la prestan los chinos que no son ningunos giles. Saben que si la economía americana se frena, los yanquis no les van a comprar una puta zapatilla más .
Esperemos que nuestro ministro, el feliz Compañero Trovador , tenga pensado qué corno vamos a hacer si los yanquis dejan de comprarle zapatillas a los chinos y estos a su vez, dejan de comprarnos morfi a nosotros . Una Nike es a un californiano, lo que un plato de soja a un chino. Así funciona el mundo. Si alguien cree que nos van a seguir comprando de onda nomás, se equivoca. Los chinos no son kirchneristas .

Por suerte, nada de esto nos incumbe. Todo es un gigantesco lío que pasa allá afuera, en el planeta tierra. Durmamos tranquilos. Amado está feliz. A lo sumo, déjese un Valium a mano . Por las dudas.

domingo, 18 de septiembre de 2011

ATAMISQUI UN PUEBLO IRREAL.

No hay ciudad más kirchnerista que Atamisqui




por Paz Rodriguez Niel
ARTESANAS. Dos de las teleras en el local inaugurado en el centro de la ciudad para vender el producto típico de la zona.
ATAMISQUI, Santiago del Estero.- No hay una calle que se llame Néstor Kirchner ni una plaza Cristina Presidenta. No se paraliza el pueblo para ver 6,7,8 y no hay ni un solo pasacalle K. Sin embargo, Atamisqui es el lugar más kirchnerista de la Argentina. Aquí, la Presidenta ganó las primarias con el 93,25% de los votos. En ningún otro lado logró un triunfo tan abrumador.
Una de las pocas pruebas de que éste es un año electoral está en la fachada de la municipalidad, pintada de un naranja brillante, donde el intendente pegó un afiche de campaña de Cristina. El sabe que no es de lo más prolijo, pero dice que por el momento nadie se quejó. Difícil que alguien lo haga. En Atamisqui no vive ningún dirigente opositor del Gobierno.
Con un clima brutalmente árido, este pueblo del corazón de Santiago del Estero tiene pocas posibilidades de prosperidad a la vista. Es difícil hacer crecer algo más que arbustos llenos de espinas y la principal fuente de ingreso de su gente es el trabajo golondrina. En Atamisqui viven 4000 personas (11.000 contando las afueras) y cuando se acerca el verano, la población masculina sufre una reducción drástica; la mayoría de los hombres se va a la "desflorada".


Las mujeres heredaron de sus madres el trabajo en los telares. Las alfombras y mantas de Atamisqui, llenas de colores, son famosas en Santiago. "Acá el primer juguete de las nenas es el telar, pero hoy estamos más valoradas y nos unimos. Nos cambió la vida", dice Josefa Melián, vicepresidenta de Teleras Atamisqueñas, una cooperativa que se creó para administrar $ 160.000 que recibieron el año pasado del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Hoy, 43 mujeres venden sus tejidos en un pequeño negocio que abrieron frente a la gran plaza de Atamisqui. Sus clientes son casi todos pescadores de dorado que están de paso. El proyecto les permitió conocer el país. Casi ninguna había salido antes de Santiago.
La bonanza de las tejedoras, a las que ahora reconocen en el pueblo como "artesanas", es una de las razones por las que arrasó el kirchnerismo. Pero también, las 2000 asignaciones por hijo, las 1200 jubilaciones nuevas y la fiebre de obras públicas. Este pueblo, uno de los más antiguos del país -tiene 468 años-, recibió en los últimos tiempos una inyección de fondos nunca vista; sobre todo, del gobierno nacional. Estrenó acceso pavimentado, acaba de inaugurar un hospital y tiene una nueva planta potabilizadora de agua.
El agua es un bien muy escaso en Atamisqui: la que hay es de mala calidad y sólo llega a las casas, en el mejor de los casos, dos horas por la mañana y otras dos por la tarde.
* * *
Son las 15 y aunque el sol pega fuerte, cinco hombres, todos con palas, trabajan frente a la iglesia en lo que será el nuevo bulevar. En la esquina opuesta de la plaza, en otro sacrilegio a la siesta santiagueña, van y vienen un tractor y una escavadora. "Los albañiles estamos trabajando todos para la municipalidad. Cero desocupación nosotros. Somos todos kirchneristas", dice divertido Alfonso Giménez, acodado sobre su pala.
Roberto Brandan, intendente de Atamisqui.  Foto: LA NACION / Fernando Font
Quien llega por primera vez a Atamisqui se encuentra con un pueblo calmo, donde es imposible imaginar un escenario de agitación política. El intendente, la policía, el colegio, las hermanas salesianas, la iglesia evangélica y los clubes, todos, forman parte de un Centro de Integración Comunitaria que discute cómo afrontar los problemas del pueblo. Pero no siempre el clima fue éste. En 2004, cuando la provincia fue intervenida después del largo dominio de los Juárez, Atamisqui era un caos y se dispuso también su intervención.
Roberto Brandán, el mismo intendente que está hoy (por entonces, juarista), estaba suspendido por sospechas de corrupción, habían tomado la municipalidad y dos grupos antagónicos del PJ se habían enfrentado en la plaza en una batalla que terminó con la muerte de un amigo del intendente. La intervención duró más de un año. Después, hubo nuevas elecciones y Brandán volvió a ganar. Hoy, cuesta encontrar quien hable de aquella historia. "Fue muy duro y muy humillante para mí y para toda la comunidad.

Queremos cerrarlo y olvidarlo", dice el intendente.
Es un joven alto y flaco, con un andar tranquilo que evoca mucho más sus años de seminarista (ocho, con los salesianos), que aquel pasado tormentoso. Sigue teniendo opositores con intenciones de desbancarlo, pero en las primarias todos trabajaron juntos para el kirchnerismo. Los resultados son elocuentes: de los 5555 votos, 5180 fueron para la Presidenta.

El dice que la gente no vota por la ruta ni por el hospital. "Sí por el trabajo y, sobre todo, por la asignación y la jubilación." Cuenta que su mamá trabajó desde los 11 años limpiando en casas de familia y que nunca hizo aportes, pero que el año pasado se jubiló. "¿Vos sabés lo que es para ella poder ir al banco a cobrar un sueldo?"
Atamisqui tiene ahora su propio banco. Además de ser más cómodo, favorece al comercio local. Antes, la gente iba a cobrar a Loreto, a 60 kilómetros.
Brandán cuenta que es oficialista desde antes de que lo fuera el gobernador, el radical Gerardo Zamora, por quien no siente especial afecto. "Eramos kirchneristas cuando no sabíamos ni cómo se pronunciaba -dice-. La provincia nos tenía relegados." Entonces, empezó a recibir apoyo del gobierno nacional. Tuvo una ventaja: es amigo personal de Luis D'Elía. Juntos trabajaron en la parroquia Don Bosco de Isidro Casanova, y él, como subsecretario de Tierras, le consiguió fondos para la primera gran obra: 6000 metros de cordones cuneta.

Atamisqui es un caso extremo en un contexto que se le parece bastante. Santiago es el distrito más kirchnerista del país (la Presidenta superó aquí el 80%). Pero a Brandán le gusta decir que él es "un bicho raro" en la provincia porque no regala comida y sostiene que todos deben trabajar. "En 2002 me denunciaron por hacer trabajar a la gente que recibía planes sociales", dice orgulloso.
* * *
"¿Qué trabajo? Acá no hay nada. Todos viven de los planes y votan a Cristina", se indigna Eduardo García, que atiende, con su mujer, la farmacia del pueblo. Ellos sí que son bichos raros: pertenecen al 0,5% que votó a Rodríguez Saá. "Asignaciones, jubilaciones nuevas, pensiones de discapacidad a gente que a veces ni es discapacitada... Para mí, si querés algo, tenés que trabajar", dice. Verónica asiente. Comparten que el pueblo avanzó, pero se quejan de la falta de agua y del alcoholismo. "Ves changuitos chiquitos tomando todo el día", dice ella.

El agua es un problema también para Alberto Rodríguez. Tiene un horno para hacer ladrillos que, sin agua, no produce. "Acá hay mucha construcción, pero la municipalidad tiene su horno y el intendente hace trabajar sólo a su gente", protesta. Está esperando la desflorada. "Es un trabajo terrible. Mucha calor; no se aguanta, pero en un mes sacás 2000 pesos." Vive de eso, el trabajo de telera de su mujer y la pensión (tienen 13 hijos).
Para Elpidio Villavicencio, en cambio, el agua no es un problema. Todo lo contrario. Vive al lado del río Dulce y es el responsable de lo que alguien bautizó el "buquebús atamisqueño", un bote de madera con el que cruza a la gente por cinco pesos. Elpidio adora las elecciones. En las últimas, llevó como 100 personas de un lado al otro; todo pagado por la municipalidad. "Creo que muchos ni votaron, pero, como era gratis, todos querían cruzar", dice. Al intendente mucho no le importó. Con semejante triunfo, no podía pedir más

viernes, 16 de septiembre de 2011

SEXALESCENCIA


Surge un nuevo término para identificar a un grupo de adultos de 60 o más años; ¿un nuevo frente popular para detener el tiempo? ¿un movimiento de rebeldes anti-age? ¿una "movida sexual" a pasos de la "tercera edad"? Frío, frío.

Por Eduardo Chaktoura 

Circula un email que lleva por asunto: "Un nuevo término: la sexalescencia". El texto no habla de sexo ni tampoco es una de esas "malditas cadenas milagrosas". Se presenta, ante todo, pidiendo: "Tengas la edad que tengas no dejes de leerlo". No es publicidad encubierta, aunque su contenido trae un mensaje optimista, positivo y "envidiable". En definitiva, propone identificar a un "nuevo grupo etario o social", una generación que parece reconocerse como los "adolescentes de 60 o más años".

Mientras que algunos respetables y queridos amigos "mayores" creen que "nada bueno viene con los años", están quienes, al parecer, promueven una nueva forma de ver y vivir la vida cuando llega la "adultez adultez". Así como en otras épocas, pasados los 60 todo caía indefectiblemente en manos de los médicos y la gerontología, hoy pisa fuerte una generación que ha decidido renunciar a la palabra "sexagenario"; porque, tal como dice el email, "sencillamente no tiene en sus planes actuales el hecho de envejecer".

¿Una forma de negar el paso del tiempo? ¿Algo así como el efecto "madre de adolescente que compite con su hija por la juventud y la belleza" pero a los 60? ¿Una forma de instalar esa particular moda del "pendeviejo"?... Nada por el estilo. Al menos esa no es la intención de quienes creen que vale la pena promover la novedad demográfica de este "nuevo grupo humano" que hoy ronda los sesenta (y algo más) y que dicen "haber vivido y llevar una vida razonablemente satisfactoria".
"Son - define este email cargado de energía - hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico que tanta literatura rioplatense le dio durante décadas al concepto del trabajo".

Se comunican por mensaje de texto o email con sus hijos, chatean con sus nietos; se conforman con lo que la vida les da y "raramente se deshacen en un llanto emocional". Toman lo que hay y se adaptan de la mejor manera posible. Podría hablarles horas de la entrañable abuela "Tití" que este año cumple 90 y que, como muchos otros, se subió a la vida virtual para no quedarse afuera de nada, ni por un segundo. Lo bueno es que ellos saben de lo importante que es seguir - además del email, el twitter y el facebook - con los encuentros y los abrazos para decir "te quiero".

Al parecer, estos "¿sexalescentes?" llegaron para demostrar que siempre se puede ser optimista, tener una actitud positiva y vital y creer, entre otras cosas, que el placer no se desvanece con el correr de los años, por más que los sentidos vayan perdiendo, poco a poco, la fidelidad y frescura de la juventud.

Si actualizásemos los manuales de psicología evolutiva, deberíamos, ante todo, destacar cómo se ha desplazado la "línea de tiempo". Los avances de la medicina, los aportes de la tecnología, las ventajas y desventajas de este mundo de exigencias por el progreso y el consumo, han modificado los márgenes y los planes. Así como ya pocos se casan o tienen hijos a los 20 ó 30 y, con suerte, lo hacen a los 40; unos cuantos de 60 ó 70, pese a todo, "ni sueñan con jubilarse", entregarse al deterioro o vencerse ante la enfermedad. Más que jubilados viven con júbilo e intentan contagiar a sus pares una actitud poco identificable con ellos.

Son muchos los "sexalescentes" que, al parecer, aprendieron a "aceptar" su condición, posibilidades y estado civil. Se le animan a los duelos porque descubrieron los beneficios de no tenerle miedo a la muerte, a la soledad y a la exclusión. Dan cátedra de curiosidad, creatividad, voluntad, esperanza. entre tantas otras virtudes y fortalezas.

Lo más interesante es que, si bien algunos pudieron elegir qué vida llevar, están también quienes a los 60 descubren que, más allá de ciertas mañas severas, están a tiempo de descubrir "algo nuevo". Se le atreven a la aventura postergada o, al menos, intentan modificar algunos hábitos y costumbres que, en definitiva, nunca quisieron para sus vidas.

Todo es, definitivamente, una cuestión de actitud. Ellos saben, intuyen o la experiencia les ha demostrado que el optimismo protege el cerebro; que una actitud positiva equilibra el sistema inmunológico; que el corazón resiste mejor cuando hay ganas y que todo es más saludable cuando se aprende a caminar a conciencia plena por la vereda del sol. No hay juicio, evaluaciones ni prejuicios; o, por lo menos, intentan calmar los monos que rumian ahí dentro.

Esto lo que hay y con eso vamos para adelante. Nunca es tarde. Los eleva esa veneración por sentirse jóvenes; reconociendo, claro está, que no todo fue ni serán jardines de rosas. Como dice el email: "en lugar de competir, aparentar o envidiar a los más jóvenes, saben de la importancia de una mirada cómplice, de una frase inteligente o de una sonrisa iluminada por la experiencia".

Intenté compartir con ustedes algunos aspectos centrales de este saludable email que llegó volando a mi correo, como al de tantos otros. Me animé a sumar otras ideas y resultados de distintas investigaciones científicas de la Psicología Positiva. Tal como dice el correo original: "Por favor, no dejes de compartir esta nota con todos, más allá de las edades que puedan llegar a tener".

Un plus. Si querés descubrir cuál es tu verdadera edad, ingresá aquí

EL INTELECTUAL EN LA ARENA POLITICA.

 
 
 
por Ivan Petrela


Hace algunas décadas, el dramaturgo y entonces presidente de la República Checa Vaclav Havel debatió con su amigo el escritor inglés Timothy Garton Ash sobre el papel de los intelectuales en la política. Se preguntaban si se puede ser un intelectual y un político al mismo tiempo y respondían el interrogante de maneras distintas.

Para Garton Ash existe una relación contradictoria entre el intelectual y el político. El deber del intelectual es encontrar la verdad y articularla de la forma más clara posible. El político, en cambio, trabaja con verdades a medias. La palabra "partido" lo dice claramente: proviene del latín partire , que quiere decir dividir. El político presenta la parte de la verdad que le conviene al partido, y no busca la verdad en su totalidad. Con esto, Garton Ash no quiso decir que el intelectual es mejor persona que el político, sino que desempeñan papeles distintos. El intelectual tiene la responsabilidad de discutir las políticas públicas en el sentido más amplio, y para ser fiel a ese papel no debe ser partícipe de la política partidaria.

Para Havel, los intelectuales son personas que han dedicado su vida a pensar al mundo y su país de manera amplia, más allá de la coyuntura inmediata. Esto hace que sean personas que piensan el largo plazo, a quienes además les interesan las cuestiones globales. Por eso, por ejemplo, no son indiferentes cuando los niños de algún país lejano se mueren de hambre o desastres ecológicos amenazan a futuras generaciones.

Los intelectuales son, según Havel, la "conciencia de la sociedad". No es un iluso: sabe que los ideólogos del nazismo fueron intelectuales, como también existieron dictadores y terroristas que lo fueron. Pero los verdaderos intelectuales son aquellos que se identifican no con una ideología, sino con el incierto futuro de la dignidad humana en un mundo turbulento. Tratan de percibir el contexto amplio, reconocen que no existen soluciones mágicas y buscan, humildemente, reorientar y mejorar la realidad.

Havel, entonces, acepta la división entre intelectual y político propuesta por Garton Ash. Reconoce que la política, por su naturaleza, impone el corto plazo por sobre el largo plazo. Entiende que obliga a perseguir intereses grupales por sobre intereses generales, que induce a decir medias verdades que satisfacen a la mayor cantidad de gente posible, en vez de afrontar la verdad necesaria y a veces incómoda. Así descripta, la política es lo opuesto a la sensibilidad intelectual. Pero para Havel es precisamente por eso que se debe incorporar intelectuales a la política partidaria; no sólo pueden, sino que deben participar, son necesarios para crear una política mejor. Los intelectuales que se niegan a ensuciarse las manos involucrándose en la política partidaria, o asumiendo un cargo público, son como el ciudadano que desde fuera de la política se queja de su corrupción. Al no comprometerse, contribuyen a que nada cambie.

Nuestros partidos políticos deberían fomentar la incorporación de intelectuales de la estirpe que se imagina Havel. Esa participación "a la Havel", me parece, consistiría en por lo menos tres tareas.
En primer lugar, el intelectual debe ser la conciencia de su partido. Debe ser la voz crítica que impida que se utilice cualquier medio para llegar al fin deseado. Un intelectual no puede tolerar que su gobierno mienta con las estadísticas más básicas, no puede permitir el capitalismo de amigos, no puede suscribir que se use el dinero público para financiar propaganda política o comprar voluntades. El intelectual, al fin, generalmente eligió una profesión por convicción en vez de conveniencia económica y por eso no puede hacer ojo ciego a la corrupción sin arrancarse los ojos y volverse ciego a sí mismo.

En segundo lugar, el intelectual debe rebelarse contra una comprensión de la política como mera gestión de las demandas ciudadanas. Claramente existen demandas y la política debe responder a ellas, pero el intelectual debe recordar siempre que la tarea de los partidos es definir agendas y prioridades, para dar forma a medidas que la ciudadanía muchas veces no percibe pero que son necesarias. Parte de esta tarea que le corresponde al intelectual es ensanchar la imaginación política del partido, a través de la búsqueda, en todo el mundo, de ejemplos de políticas públicas transformadoras que podrían aplicarse. Sin estos aportes, la política se reduce a un servicio de opciones cortoplacistas y acotadas, ya que lo que la ciudadanía desea o demanda está delimitado por el abanico de posibilidades que se le presenta. Como dijo Max Weber, otro intelectual que pensó la relación con la política, "en este mundo no se arriba nunca a lo posible si no se intenta repetidamente lo imposible": el intelectual, con su visión, ayuda a hacer posible un mundo que hoy no lo es.

Su papel como conciencia del partido y como sabueso de alternativas de políticas posibles es parte de la tercera tarea que le corresponde al intelectual: elevar el nivel del debate público. Por eso el intelectual debe responder a agresiones con argumentos, y a argumentos con otros mejores. Para ello busca poner las ideas, los programas y -usaré una palabra de moda- los relatos en el centro de la escena. Su afán por las ideas es parte de su vocación por el largo plazo; muchas veces las ideas viven más y defraudan menos que las personas.

Reconozco que con estas tres tareas el intelectual se arriesga quedar relegado a un papel menor en un partido político, incluso excluido. Enarbolar un estándar moral alto, ser antipersonalista y poner énfasis en el largo plazo no son cualidades que abundan en la política. Puede incluso ser visto como una molestia. Bien se sabe que el partido que activamente reclute intelectuales de este tipo no se asegura una victoria electoral ni mucho menos. Pero sí se asegura otra cosa, que es merecerla.

© La Nacion
El autor es director académico de la Fundación Pensar y candidato a diputado nacional por Pro .

jueves, 15 de septiembre de 2011

TRANSFUGAS.

                                         ARGENTINA EL PAIS EN DONDE NADIE VA PRESO
Por Luis Majul  para La Nacion

"Quedate tranquilo, Schoklender. Aquí nadie va preso", escribió un ingenioso usuario de Twitter ni bien se conoció el veredicto que absolvió al ex presidente Carlos Menem por el delito de contrabando de armas calificado. La sensación de que en la Argentina se puede decir y hacer cualquier cosa sin sufrir una condena -ni judicial ni política- se acrecentó en las últimas horas todavía más, después del controvertido fallo.
También se multiplicó la certeza de que el poder, en la Argentina, está lleno de tránsfugas. Menem, como se sabe, pasó de innombrable a aliado estratégico del Frente para la Victoria a partir de un acuerdo espurio que todavía está vigente: el senador juega para el Gobierno en el Senado y, como contrapartida, sus colegas kirchneristas defenderían el uso de los fueros para evitar que vaya preso, en el caso de que lo condenen en alguna de las nueve causas que todavía tiene abiertas.
Las verdaderas razones del pacto fueron explicitadas por el diputado nacional por La Rioja Jorge Yoma a un familiar suyo, quien no lograba comprender cómo Menem podía acordar algo con Cristina Fernández, después de tanto supuesto odio mutuo. El familiar me lo repitió para El y Ella sin modificar una coma: "Carlos no quiere pasar los últimos años de su vida bajo arresto domiciliario. Nosotros, como riojanos y peronistas, tampoco queremos. Y eso es algo que el Gobierno puede evitar facilitando su reelección como senador nacional, para que conserve los fueros. Por otra parte, Cristina necesita que el 20% de votos cautivos que todavía conserva Carlos en La Rioja no se vayan a la oposición, para que su candidato [el gobernador Luis] Beder Herrera gane las elecciones con la camiseta del Frente para la Victoria". El próximo 23 de octubre, si no pasa nada raro, Beder será reelecto, el FpV logrará obtener dos bancas en el Senado y Menem conquistará la otra, de la mano de un partido cuyo nombre parece un chiste: Lealtad y Dignidad.
A Menem, ¿lo absolvieron porque no había pruebas suficientes como para condenarlo por contrabando agravado o porque algunos jueces estaban informados de la alianza no explícita entre el riojano y el Gobierno? En una sociedad cada vez más desconfiada, la duda quedará marcada a fuego. Los que participaron del acuerdo original, además de Menem y Yoma, fueron el secretario privado del ex presidente, Ramón Hernández; el gran operador electoral de la Presidenta, Juan Carlos "Chueco" Mazzón; el propio Néstor Kirchner, quien estaba al tanto de todo; y el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien jamás negó su respeto y admiración por el ex presidente que destruyó el Estado, hizo de las privatizaciones un gran negocio para él y sus amigos y fue presentado por el kirchnerismo puro como el mismísimo demonio, alguien capaz de hacer daño con sólo mencionar su nombre. Aníbal Fernández fue también, como se recordará, ministro de la Producción de Eduardo Duhalde. Y es el mismo que ahora sostiene que "hay que estar loco para prestarle atención a lo que dice [Sergio] Schoklender".
Como también se sabe, Schoklender fue apoyado y contenido por este gobierno hasta hace cinco minutos. Además, se lo pudo ver el último 24 de marzo en un acto en el Mercado Central con el ministro Amado Boudou, la ministra de Industria, Débora Giorgi, el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, y Gabriel Mariotto, como si fuera un cuadro más del gobierno nacional y popular que ahora, como si todo lo anterior fuera poco, se presenta también como el absoluto dueño de la verdad.
Al ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo y principal responsable del proyecto Sueños Compartidos, la administración nacional le entregó -sin licitación ni control previo o posterior- más de 700 millones de pesos y transformó a Meldorek, de la noche a la mañana, en una de las mayores constructoras civiles de la Argentina, casi al nivel de Techint. ¿No había que estar loco antes para entregarle a Schoklender semejante negocio, o la locura consistió en un toma y daca entre el kirchnerismo y el sello de Madres, para protegerse unos a otros en un intercambio de prestigio por apoyo económico para viviendas sociales sin la mínima auditoría?
Ahora, Schoklender quiere evitar ir preso. Y la manera que eligió es difundir, con cuentagotas, información que muestra a altos funcionarios del Gobierno al borde del delito. ¿Qué se supone que debemos hacer los periodistas? ¿Ignorar sus denuncias para no perjudicar a la Presidenta antes de las próximas elecciones? ¿Recordar que es un parricida y que supuestamente defraudó la confianza de Hebe de Bonafini, para que otros periodistas que antes investigaban y denunciaban, y ahora asesoran al Gobierno se queden más tranquilos con su conciencia profesional?
A la absolución de Menem y de otros, y las amenazas de Schoklender se debe agregar, esta semana, el terrible accidente de Flores. Porque limitar la responsabilidad a la imprudencia del chofer del colectivo que asomó la trompa del vehículo con la barrera a 45 grados, y mientras sonaba la chicharra que indicaba la inminencia del paso de otro tren, es quitarse el asunto de encima con un análisis superficial y con garantías de que el hecho se repita.
Como sostiene Enrique Piñeyro, ex piloto y experto en seguridad aeronáutica, se puede considerar que un sistema de seguridad es eficiente cuando reduce el error humano a la mínima expresión. Desde 2003, el Gobierno hizo cuatro anuncios para anticipar la instalación de un sistema de soterramiento para la línea del ferrocarril Sarmiento. Sin embargo, ayer confirmó que estaría terminado sólo dentro de tres años y medio. El soterramiento evitaría tragedias como la del pasado martes 13. Mientras tanto habrá que rezar para que el hecho no se vuelva a repetir.
Los anuncios electorales que no se traducen en obras concretas y las promesas incumplidas son, también, parte del "transfuguismo" nacional. Se pueden ganar las elecciones por paliza, pero los periodistas estamos para recordar los errores de gestión y las medias verdades.
© La Nacion.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

LOS SOCIOS SE DEBEN REPARTIR

La Justicia determinó que un hombre debía que devolverle a su ex mujer la plata que ella puso para construir una casa cuando eran concubinos. La obra fue realizada en un terreno que le pertenecía a él, y cuando realizaron la venta, no le dio la parte que le correspondía a ella.


Llevar a cabo un proyecto entre dos personas parece más sencillo y más valioso cuando hay amor de por medio. Por ejemplo, construir una casa. Entre dos personas, poniendo un poco cada uno, se pueden realizar grandes logros. Pero a veces, se acaba el amor, se acaban las relaciones, y aparecen los problemas. Sobre todo, los relacionados con dinero.


En los autos “R. D. M. c/ P. D. A. s/ daños y perjuicios”, los jueces Miguel Ángel Balmaceda, Karen Ileana Betancur y Osvaldo César Henricot de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Zarate-Campana se pronunciaron a favor de una mujer que reclamaba parte del dinero invertido en la construcción de una casa junto a su ex concubino.


El problema surgió cuando su ex pareja, dueño del terreno donde construyeron la casa, decidió venderla luego de la separación sin devolverle a la mujer la plata que invirtió para la obra.


La mujer relató que habían decidido, junto a su pareja, “comenzar a construir nuestra propia casa a fin de que la misma sirva para procrear nuestra familia”. Para ello, “el señor D. A. P., quien se desempeñaba como Oficial Subinspector de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, prestando sus servicios en la Ciudad de Campana, me ofreció un terreno de su propiedad”.


A la historia, los magistrados agregaron que “debido a la condición de oficial de Policía del demandado que prestaba servicios en Campana, solicitó a la actora que se encargue por un tiempo de la compra de los materiales y de cualquier otro gasto, y que lo sufragara con el producto de su trabajo personal, ya que se veía imposibilitado de comprar materiales para evitar ser investigado por la propia Policía y además con el sueldo que ganaba no le alcanzaba para los materiales para la edificación”.


“Cuando la obra ya casi estaba finalizada, la relación de noviazgo terminó, y el demandado pone en venta la propiedad y procura como valor de la venta la suma de treinta y nueve mil dólares estadounidenses; y de esa manera pretende evitar reintegrarle el dinero que aportó la actora para la construcción de la misma”, continuaron los jueces.


Uno de los testimonios en la causa pertenece al dueño del corralón donde compraban los materiales. El hombre aseguró que “los dos compraban materiales para la construcción y se le extendían las facturas; pero cree que la mayoría de ellas eran dadas a nombre de la actora; que los materiales eran transportados a una casa del Barrio Parque Florido; que supone que la casa era de los litigantes, que ellos pagaban después de entregados los materiales, aunque también se pagaba en forma anticipada”.


Por eso, los magistrados concluyeron que “resulta probado con claridad suficiente que la actora efectivamente trabajó en la construcción de la vivienda y que también era una de las dos personas que compraba los materiales con los cuales la misma se edifico”.


“En efecto, si el propietario del comercio ha dicho que eran ellos dos quienes compraban los materiales, que luego eran llevados al terreno donde las partes concuerdan que se realizaba la construcción, no es aceptable expresar -como postula el demandado- que la Sra. M. R. D. era ajena a la realización de la obra, o que no contribuyó económicamente en su realización.”


Los camaristas agregaron que “no existe en autos dato probatorio alguno del que se pueda concluir que el dinero utilizado por la actora al pagar los materiales, era suministrado por el demandado u otra persona; y la actora ha probado tener sus propios ingresos de su trabajo personal”.


Haciendo alusión a la Corte Suprema en los autos "Raña c/ Aguirre s/ cobro de mejoras", los magistrados entendieron que “no es aceptable presumir que los trabajos realizados por la actora en la construcción de la vivienda en el predio del demandado, o los gastos realizados en los materiales de construcción destinados a la misma obra, puedan presumirse gratuitos, o una liberalidad; y ello a partir de la relación sentimental que los unía en ese momento”.

R. D. M. c/ P. D. A. s/ daños y perjuicios

martes, 13 de septiembre de 2011

LA LIBERTAD Y OTRAS ENFERMEDADES

Por Rolando Hanglin | Para LA NACION

Los argentinos nos hemos habituado al uso patológico de ciertos valores que, en sí mismos, son adorables.
En nuestra mente desquiciada, se puede hablar, por ejemplo de "rock nacional". Como si el rock-and-roll, una forma típica del folklore norteamericano como el jazz o el hillbillie, pudiera ser "nacional argentino", siendo que se toca en tríos y cuartetos con batería, guitarra eléctrica, bajo y teclados electrónicos. Es más yanqui que la manteca de maní, y sin embargo, lo hemos declarado nacional. Esto es como si el gran jazzista gitano y alemán Django Reinhardt hubiera declarado que acababa de inventar el "jazz gitano" o el "jazz alemán".

De alguna manera nos han convencido de que la democracia es una forma de gobierno "nueva", inaugurada en nuestro país en el año 1984, cuando en verdad este sistema político, importado de Francia, Inglaterra y los Estados Unidos, fue instalado en 1810. Y desde entonces se viene perfeccionando, con avances y retrocesos. Pero hubo una cantidad enorme de gobiernos democráticos antes de 1984: Roca, Irigoyen, Alvear, Perón, Frondizi.

Los argentinos nos hemos habituado al uso patológico de ciertos valores que, en sí mismos, son adorables

La nueva sociedad argentina ha inventado tres valores intocables: la libertad, la diversión y "ser uno mismo".
La libertad es un principio muy digno cuando se equilibra con otros (Ley, Orden, Progreso) pero totalmente siniestro cuando se hipertrofia. Esto es exactamente lo que sucede en nuestro país.
Un ciudadano decide vivir en la calle, y elige el portal de nuestra casa. Las instituciones humanitarias de la ciudad vienen a recogerlo para que no pase la noche al sereno. Pero el ciudadano, ya no marginal sino una especie de beatnik, decide que no, que prefiere dormir en nuestro zaguán, comer en nuestro zaguán, cagar en nuestro zaguán -ustedes perdonen- y no hay fuerza pública que pueda trasladarlo. Porque él es libre.

Diez empleados de la Dirección Impositiva, cuando se les adeudan seis meses de sueldo no-remunerativo (?) deciden cortar la 9 de Julio, paralizando en un embotellamiento infernal a un millón de personas. La policía protege a los manifestantes. Los automovilistas los insultan. Pero se está ejerciendo la libertad, ante todo. ¡Somos libres y hacemos todo lo que queremos! El pueblo, o sea los demás, que se embrome.
Si ocurre a la inversa (un millón de personas torturando a diez empleados) podemos obtener un acampe de los Pueblos Originarios, o una huelga de hambre en Plaza Miserere. ¡Seremos desdichados y viviremos en el disparate, pero somos. libres!

De alguna manera nos han convencido de que la democracia es una forma de gobierno "nueva", inaugurada en nuestro país en el año 1984
Compramos un departamento, luego de ahorrar 20 años. Nos instalamos en nuestro flamante nido. Nos acostamos temprano para despertar a las 7, al efecto de ganar nuestro estipendio. Intentamos conciliar en sueño a las 23, pero ocurre que los chicos del departamento vecino han organizado un baile con birra y CDs, en alto volumen hasta las cinco. Al día siguiente otros vecinos hacen el amor furiosamente. Y al tercer día, una conversación ebria entre cuatro adolescentes (en el pasillo) se convierte en grito pelado. Siendo imposible dormir, vendemos el departamento y perdemos 20.000 dólares.
Vivir así es imposible. ¡Pero todos son libres! Sobre todo los muchachitos jóvenes, que ES NECESARIO QUE LO PASEN BIEN. También sería necesario que se construyeran paredes más gruesas y se cumplieran los reglamentos del consorcio, pero suena demasiado represivo y milico.

Una amante despechada reclama, para las concubinas de ocasión, el mismo derecho a "una indemnización" que se reconoce en la Justicia argentina a las ex-esposas, por ser mujeres. ¡Las exconcubinas también están en su derecho! Mientras tanto, los exconcubinos y exesposos duermen solitos, lejos de sus hijos y su hogar, en un monoambiente, y estudian la viabilidad del celibato definitivo. Pero, atención: la amante despechada es absolutamente libre de reclamar lo que le parezca. ¡Libre, libre, libre!

De lo contrario, caeríamos en la discriminación. Que es el único pecado de la Argentina contemporánea. Todo está permitido, menos discriminar. Un viejo debe ser tratado como si fuera joven, un joven como si fuera viejo, un negro como si fuera blanco y una mujer como si fuera hombre, un travesti como si tuviera útero y una lesbiana como si tuviera pene y testículos. ¡No se puede discriminar! ¿O usted, amable lector, acaso me está discriminando? ¿Piensa interrumpir la lectura, o tal vez escribir algún insulto al pie de esta página, en el foro de lectores? ¡Lo denunciaré al Inadi!

Libres, somos todos libres. Los niños de 14 años son libres de salir todas las noches desde las 3 A.M. hasta el mediodía del día siguiente. ¿Quién lo va a impedir?¿Un fascista, un represor, un papá autoritario? ¡No! Sus mamás divorciadas y sus papás culposos autorizamos todas las ebriedades y todos los vómitos, para que los chicos no sufran y no se sientan prisioneros.
Todo está permitido, menos discriminar

No se advierte que cada empresa que se acomete en la vida significa un sacrificio de libertad. Casarse para formar una familia representa perder un gran segmento de libertad. Jugar al fútbol profesional hasta ganar millones de euros insume (además del talento necesario para superar a miles de competidores africanos, brasileños, serbios, colombianos, uruguayos) un enorme sacrificio de libertad. Hay que concentrarse durante cinco días por semana, a veces meses enteros, y tomar como esposa a la primera botinera que se presente medio borracha en una disco. Sacrificio. Porque pronto se llevará el 50%, ya se sabe.

Cuando se pretende obtener un título de abogado, escribano, médico, odontólogo, es necesario estudiar hasta la extenuación. Seis, ocho, diez, veinte años. Toda la vida. Sacrificar la libertad por un objetivo de vida, ya que los otros chicos de la pandilla salen a bailar, pero uno, que es un nerd, se sacrifica. No es libre.
Para todo se requiere coartar la libertad: tener un hijo, subir al Aconcagua, llegar a presidente de la Nación, comprar una estancia en Nueve de Julio, poner una tienda de comestibles, hacerse rico, volver a ser pobre, dar la vuelta al mundo en bicicleta, sostener una huelga de hambre, fundar una nueva nación. Todo requiere esfuerzo, sacrificio, entregar grandes trozos de nuestra libertad a cambio de algo.
O sea: la libertad es una bella tendencia pero no un dios dogmático: debe ser equilibrada por la Ley, el
Orden y el Sentido Común.

¡Pero es la Sociedad quien tiene la culpa de todas las cosas! La sociedad convierte a un buen chico en un delincuente. El chico es víctima. ¿Y la víctima del chico, la mujer violada, el almacenero acribillado a tiros, el jubilado saqueado en su casita de Villa Martelli, qué serán entonces? ¿Víctimas de las víctimas?
Ese es otro valor que estimamos de modo enfermo: el victimismo. Sólo las víctimas merecen libertad. Los demás van presos.

Hablando de presos: cuando la Justicia, en un caso excepcional, sanciona a un delincuente con una pena privativa de libertad (así se llama) lo retienen muy poco tiempo, para otorgarle luego (aunque sea un terrible sinvergüenza) algo que se llama "libertad condicional", "salidas laborales" o "dos por uno". De modo tal que el canalla redomado vuelve a robar, a matar y a violar. ¡Es libre, es un ciudadano libre, todas las culpas quedan para la sociedad!

Nuestra preocupación está centrada en que nuestros hijos no lo pasen mal por ningún concepto. Es necesario que se diviertan, que disfruten. Que no vivan la vida de nosotros mismos (y ni hablar de nuestros abuelos inmigrantes, que bajaron de la infecta bodega de un barco) cuando éramos jóvenes y repasábamos Trigonometría para marzo, y en castigo, sin veraneo en Miramar. ¡No hay Trigonometría, no hay marzo, no hay Miramar! Lo importante es que se diviertan, que lo pasen bien, para eso tienen 16 años. Vivir, gozar, pasarlo bien: Todos los participantes lo dicen, al entrar a la Casa del Gran Hermano. Se trata de "vivirlo todo".

Para todo se requiere coartar la libertad
¡Los jóvenes tienen derecho a pasarlo bien sin pagar por ello ningún tributo, ningún esfuerzo, ninguna tortura!
Los viejos, en cambio, no tenemos ningún derecho a nada. Tal vez, a la muerte digna, pero primero deben resolverlo los filósofos, los curas y los tanatólogos.

¡Como viejos, podríamos reclamar por la discriminación que nos aflige cuando, a los 40 años, ya nos declaran ineptos para todo servicio! Pero, pensándolo bien, no tiene sentido, porque en la actualidad los jóvenes de 30 son adolescentes, y recién a los 40 empiezan a buscar su vocación, por lo cual les quedan escasos meses para hallarla y ponerla en marcha. Y después, obtener un empleo decente, en blanco, con aportes sociales y salario familiar. ¿Familiar para qué familia, dirán ustedes? Bueno, alguna familia habrá, aunque sea la familia del cónyuge o de los nietos o del vecino.

Lo importante no es todo esto, tan confuso, sino el imperativo central de nuestro tiempo: ser uno mismo. gay o lesbiana, músico o ingeniero, marginal o presidente, genio o vagabundo, bueno o pervertido. ¡Uno mismo! No hay nada peor que convertirse en otro, obedecer a otro, someterse a otro (por ejemplo el juez, o la ley). ¡Ser uno mismo, eso ante todo!

A mí me gustaría ser Salvador Dalí, y no yo mismo, pero no hay que olvidar que Salvador Dalí le chupó los dedos del pie a Barbra Streisand (está documentado) y a raíz de este episodio pudo ser enviado al séptimo infierno: el de los Fetichistas Machistas. Porque eso sí que es malo, malo, malo: ser machista y sexómano. Aunque ya se hayan extinguido hace 40 años los últimos machistas, y esté a punto de suspirar por última vez el macho sobreviviente, el chivo loco en su cueva de granito. No importa. La sociedad libre no olvidará sus fechorías.

Todo este mamarracho viene a traducir el lenguaje enfermo de nuestro país, en este tiempo. Hablando dicha lengua, una presidente se convierte en "presidenta", una ministra es en cambio la "señora ministro", y lo siniestro ya no viene a ser una barbaridad, sino que es "complicado".
Somos tan libres, pero tan, tan libres, que da asco. diría Fito Páez..

SEXO CASUAL... SI O NO?

¿Qué nos lleva a vivir una experiencia sexual inesperada? ¿Te animás a un touch and go con alguien que casi no conocés?

¿Qué nos lleva a vivir una experiencia sexual inesperada? ¿Te animás a un touch and go con alguien que casi no conocés? -
Por Juan Yesnik
Especial para RevistaOHLALA.com


Sobran los anuncios en Internet: "Me llamo Diego, soy morocho, mido 1.80, peso 87, tengo 43 años, vivo en San Isidro. Me gustaría conocer a una mujer casada para pasar momentos íntimos en absoluta confidencialidad..."; "Hola, soy una morocha de 25 años que tiene ganas de tener sexo casual y tener amigos para experimentar de todo. Si querés conocerme y tener sexo sólo por amor al sexo, escribime"...

Si bien los tablones de anuncios vía Internet y las salas chat (para heteros, bi, gays; para todas las edades y demás preferencias) son hoy la forma más habitual de "encuentro", desde siempre, el sexo casual tuvo más de un escenario propicio: un boliche, un bar, una reunión de trabajo, una fiesta... Hubo y hay mucha gente que termina "a los besos" o en la cama a las pocas horas de conocerse, incluso, en el colectivo o en la calle.

Se entiende por sexo casual, esporádico, ocasional (o como quieran llamarlo) al hecho de tener relaciones sexuales en forma inesperada con personas conocidas o desconocidas.

Según los estudios realizados, son más los hombres que las mujeres quienes participan de estas prácticas. Aunque, en verdad, no suelen tenerse demasiados registros de las experiencias femeninas porque ellas suelen ser más reservadas o pudorosas a la hora de aceptar o reconocer que han sido protagonistas de una "aventura sexual" como esta o similar.

Otras de las diferencias entre unos y otros es que las mujeres limitan o reprimen más ciertas experiencias sexuales por prejuicios, moralidad o porque suelen implicar mucho más su emocionalidad.

En las investigaciones realizadas en 2009 en la Universidad de Minnesota, los profesionales esperaban encontrar indicios de depresión o baja autoestima entre quienes tuvieron experiencias de sexo casual. Sin embargo, la mayoría de "quienes practicaron sexo casual no presentaron rasgos de daño emocional como suelen manifestar quienes sólo tienen sexo con su pareja estable".

Los trastornos emocionales o del ánimo, seguramente, aparecerán en quienes basan sus relaciones exclusivamente en esta modalidad de encuentro. Sobradas son las pruebas de que no podemos vivir sin amor o, al menos, sin sentirnos incluidos, valorados, tenidos en cuenta.

Cada quien maneja o aprenderá a manejar sus niveles de posibilidades y "permitidos". Eso sí, hay dos aspectos que nunca deben dejar de tenerse en cuenta: por un lado, la prevención de la salud: usar preservativos para evitar el contagio y transmisión de enfermedades sexuales; por el otro, ser sumamente precavidos a al tomar contacto con alguien desconocido. Así como los anuncios y ofertas de sexo, sobran los casos e historias de robos, acoso, abusos y violaciones.

¿Te pasó alguna vez? ¿Alguien te lo propuso? ¿Por qué no te lo permitiste? ¿Lo harías? ¿Qué seduce más: lo que despierta quien te lo propone o la situación promiscua en sí misma? ¿Vale todo? ¿Y después, qué?... Contanos tu experiencia.

lunes, 12 de septiembre de 2011

CUANDO EL PROGRESISMO MUESTRA LA HILACHA

por Miguel A. Brevetta Rodriguez.
En nota editorial de la fecha, el diario La Nación expresa  que: “ La diputada porteña del bloque Encuentro Popular para la Victoria, María José Lubertino (abogada recibida con medalla de oro en la Universidad Católica Argentina), antes de que se acallaran los ecos de su propuesta de repartir preservativos en las escuelas, ha presentado otro proyecto de ley en la Legislatura de la ciudad, con el fin de que se prohíban todos los símbolos religiosos en los edificios públicos y se supriman los ya existentes, con la sola excepción de los cementerios y los hospitales, en tanto se encuentren en un espacio reservado y se garantice la multiplicidad de credos. (1)

Para quienes no la conocen, se trata de una bella mujer que desde joven militó en las filas de la UCR y desde allí –con el equilibrio de un canguro- saltó hacia diversos espacios de opinión, como por distintos partidos políticos de tinte, digamos filo-progresistas.

No es la primera vez que Lubertino es mencionada en un recorte periodístico, digamos mejor que es reconocida como una suerte de abonada a las noticias se corte sensacionalista o inverosímiles, ya que causan más estupor que admiración, en cada oportunidad que abre la boca para opinar o publicitar algún proyecto de su autoría.

Una trayectoria de permanentes contradicciones e inocultables insatisfacciones jalonan su carrera. Desde su prédica de egresada de la  Universidad Católica Argentina a su postura anticlerical, pasando por sus adhesiones a casi todo el mapa político nacional, caracterizan su desempeño como el de un  personaje poco serio.

No existe peor zoncera en el ámbito de la política que la invocación de la propia torpeza, que es lo mismo que hablar de los propios yerros, para que se cumpla el dicho que dice: “En política del ridículo no se vuelve”. La tendencia maniquea del “progresismo a toda costa”, agudiza la observación de quienes no adherimos a esa postura, por lo que debieran evitar “escupir para arriba”, así no sufren las consecuencias y de paso – como decía mi abuela- no muestran la hilacha.

Las acciones que conllevan a “prohibir” o “suprimir” lo ya existente, resultan impropias, en contradicción evidente con  la llamada “tendencia progre” que vocifera sobre la implantación de  libertades sin límites sin que les importe que nuestra Constitución Nacional en su art. 14 prevé las “leyes que reglamentan su ejercicio.

Sin dudas el proyecto de Lubertino ofende a muchos más, que a quienes podrían resultar beneficiarios de su antojadiza iniciativa. Lo que en verdad extraña, es que la legisladora con esa mentalidad fuera gratificada con el voto ciudadano, que no hace mucho fijó una postura diametralmente opuesta.

Recuerdo que hace más de treinta años, cuando catedrático (2), con el acuerdo de todos los alumnos del último curso – previa consulta con las autoridades escolares- mandamos a construir crucifijos artesanales y los hicimos entronizar en las aulas de los quinto año como símbolo de la fe y la devoción cristiana.

Lo hicimos en ejercicio de la plena libertad, con la conformidad de un acuerdo ajeno a las mezquindades individualistas, sin una sola objeción que diera lugar a un acto discriminatorio.  Es más, lo hicimos en completo silencio, cuando sabíamos que estábamos gestando una noticia en proyección. Hoy resulta que una “iluminada” con patente de impunidad,  pretende – mediante un simple proyecto de ley-  echar por tierra un sentimiento milenario, que no pretende otra cosa que la realización del Ser humano en el ámbito de su excelsa dignidad.

Fuente:
1-  Editorial Diario La Nación, 12/09/2011.-
2-  1980 Escuela Nacional de Comercio  en Termas de Rio Hondo (S del E)

domingo, 11 de septiembre de 2011

¿SE PROFUNDIZA EL "MODELO"?

 

por Jorge R. Enríquez

                                        El impacto del triunfo oficialista del 14 de agosto ha provocado un inocultable sentimiento de fracaso en la oposición.

Pero sería necio que los opositores modificaran sus posiciones en virtud de dicho pronunciamiento.  Pocas frases hay más falaces que la que dice que el pueblo siempre tiene razón. Primero, porque el "pueblo" no es un concepto unívoco. Es mejor hablar de mayorías, y estas dependen del sistema electoral. Por caso, en un sistema de una sola vuelta el "pueblo" puede ser el 30%.
En las elecciones últimas, el 50% - si no se atiende a las denuncias de irregularidades - votó por el kirchnerismo, pero el otro 50%, que, no es menos pueblo, votó por otras opciones.
Pero, además, la democracia no se funda en la idea de que la mayoría tenga la razón, sino en la idea de que la mayoría tiene el derecho de gobernar.
Y nada hay de antidemocrático en sostener que una mayoría circunstancial puede haberse equivocado. La bonanza económica es un fuerte argumento en favor del voto por un gobierno en funciones. No todos los ciudadanos tienen la información o el interés necesarios como para discernir cuánto hay en esa bonanza de mérito de los gobernantes y cuánto de factores ajenos a ellos.
Es que el votante y - es lógico que así sea  - escruta la foto instantánea, la del crédito fácil para provocar un festival consumista.
La bonanza económica se debe, sobre todo, al excelente contexto internacional. El precio de las materias primas, y en especial de la soja, alcanzó valores extraordinarios en los últimos años, y eso solo explica la mayor parte del crecimiento argentino.
Todo indica que, aún si el mundo cayera en una nueva recesión, el precio de la soja no descendería sustancialmente.
Sin embargo, eso no nos pone en situación de ignorar los problemas que pueden acuciar a la economía de nuestro país.
Por eso si el ciudadano dejara por un momento el flash fotográfico y pasara a mirar la película que, logicamente, abarca un lapso asaz prolongado advertiría que en un contexto de fuerte crisis internacional no hay economías blindadas, máxime cuando las tasas chinas de crecimiento dependen casi exclusivamente del comportamiento del precio internacional de la soja. Pero también le generaría preocupación la inflación real del 25 % anual, que, medida en dólares, arroja un registro del 10 % en igual plazo; las tasas de interés reales negativas desalentadoras de toda posibilidad de ahorro; el desborde fiscal; la desordenada política de subsidios; la distorsión de los precios de la energía y del transporte, etc.
Todo ello sin mensurar que hay otros bienes sociales más importantes que hoy, a la luz del placebo de la bonanza económica, no percibimos quizás porque ellos son intangibles, como la libertad, la seguridad y la calidad de las instituciones de la República.
Hoy pareciera que encandilados por el etéreo momento económico que vivimos, estamos impedidos de apreciar el desplazamiento de los auténticos valores que hacen brillar al bien común, que no es, por cierto, la suma de los bienes individuales sino las condiciones que debe alcanzar una sociedad para permitir a las personas su pleno desarrollo y progreso, tanto espiritual como material.
Una cosa es no enojarse con los votantes que no eligen lo que nosotros creemos mejor y otra muy distinta es declinar nuestras convicciones por obra de un resultado electoral.
Nosotros seguimos creyendo que el actual oficialismo no conduce correctamente los destinos del país. Seguimos pensando que su desprecio por los valores republicanos es muy nocivo, y no se trata sólo de valoraciones morales sino que tenemos la firme creencia de que el respeto de las reglas institucionales es una precondición del desarrollo económico.
Hay un símil muy útil que puede trazarse, si se compara lo que nos pasa con lo que podría pasarle a una familia.
Imaginemos que se trata de una familia de clase media, que vive al día, tiene un departamentito alquilado, un auto modesto bastante antiguo y envía a sus hijos a la escuela pública. Cierta vez, participa de un sorteo y gana una suma considerable, que no hubiera conseguido ni con veinte años de trabajo. Invierte el dinero y obtiene todos los meses una renta considerable.
Cambia entonces su estilo de vida. Compra un departamento en Puerto Madero, envía a sus hijos a colegios caros y adquiere un costoso auto alemán. Veranea en Punta del Este, come en los mejores restaurantes, viaja por el mundo.
Alguien le observa que lleva un tren de vida difícil de sostener, pero la familia puede contestar que la inversión sigue produciendo buenas rentas y que sus asesores financieros le han dicho que no hay expectativas serias de que esas rentas disminuyan significativamente. Y si lo hicieran, aún ganarían mucho más que antes de ganar el premio.
Lo que no ve es que mientras tanto sus gastos aumentaron considerablemente. Un economista prudente les diría que los gastos son inflexibles a la baja. En otras palabras, es fácil adaptarse a una vida mejor pero muy difícil descender. Por eso, si no logran nuevos ingresos, tarde o temprano sufrirán las consecuencias de su despilfarro.
Lo mismo pasa con la economía argentina. Aún cuando la soja se mantenga en altos niveles de precios, cierto día serán insuficientes para solventar un gasto público que crece a tasas mucho más altas que las de los ingresos.
Esa diferencia se financia con inflación, originada en el exceso de la oferta monetaria. Si el precio de las materias primas baja mucho, la crisis se verá más temprano; pero de todas formas está incubándose una crisis en el horizonte. No podemos prever cuándo ocurrirá, pero no es necesario ser un economista experto para prever que fatalmente ha de llegar.
¿Cómo evitarla? Siendo serios, no mintiendo sobre las cifras de inflación, dando verdadera seguridad jurídica (lo que excluye las arbitrariedades de Guillermo Moreno, por ejemplo) para atraer inversiones nacionales y externas, respetando las reglas de juego, eliminando subsidios innecesarios, etc.
Todo eso, claro, es lo opuesto al "modelo". ¿Lo hará el kirchnerismo triunfante?
Sería muy raro. Están convencidos de que la bonanza no se origina en el premio obtenido en un sorteo, sino en sus estrafalarias políticas.
El deber de quienes no creemos que ello sea así es no bajar los brazos y continuar diciendo nuestra verdad, aún cuando los tiempos no sean los más propicios para que sea escuchada.