Tal es el ejemplo de la “casa del horror” del barrio 8 de Abril donde se habría perpetrado una serie de aberrantes abusos sexuales.
El 9 de mayo, hasta el Juzgado del Crimen de Tercera Nominación llegó la denuncia de la madre de un niño de 9 años, del barrio 8 de Abril, que acusaba a uno de sus primos de haberlo violado delante de otros parientes, todos menores de edad.
El magistrado, Darío Alarcón, con el impulso del representante del Ministerio Público, Julio Vidal, pidió que se realizara una Cámara Gesell y que comenzaran los informes socioambientales en el lugar donde vivía el menor.
Lo que se descubrió durante la investigación fue aún más grave. No sólo el niño de 9 años padecía de abusos constantes. La hermana del denunciante, de doce años; el acusado de haberlo violado, de 13, y otro primo, de 15, habrían sido víctimas de las perversiones de una adolescente de 17 años, que era quien organizaba orgías entre los menores para su divertimento.
Cámara Gesell
La semana pasada se organizó el interrogatorio protegido, en Cámara Gesell. El juez y los psicólogos esperaban oír los relatos de otro típico caso de abuso intrafamiliar, perpetrado por menores de edad, que lamentablemente se está volviendo cada vez más común en nuestra provincia.
Pero, cuando el niño comenzó a hablar con la psicóloga que dirigió la entrevista, los presentes no podían creer lo que estaban oyendo. El niño relató con precisión y detalles una serie de abusos de los que él, sus primos y su hermana eran víctimas.
Una prima, de 17 años, que vive en la casa contigua a la suya, tiene dos hermanos uno de 13 y otro de 15, a quienes encerraba en una habitación de la casa, cuando sus padres no estaban y los obligaba a practicarse sexo oral mutuamente.
Pero ésa no era la única práctica sexual que coordinaba la adolescente. Luego de someter a sus hermanos, llevaba a su prima, de 12 años, hermana del denunciante, y la obligaba a mantener relaciones sexuales con los chicos de 13 y 15 años.
Todos los encuentros eran supervisados y dirigidos por la adolescente, quien les decía qué debían hacer y cuándo hacerlo.
El chico de 9 años, habría participado en más de una oportunidad de estas orgías obligadas, hasta que un día le comentó a su madre los padecimientos que sufría cada vez que ella se iba a trabajar.
Tras estas revelaciones, el juez decidió realizar nuevos interrogatorios protegidos al resto de los menores que habrían sido víctimas, o victimarios, de los abusos que eran organizados y dirigidos por la jovencita de 17 años.
Examen forense
Examen forense
Previo a la Cámara Gesell, el niño de 9 años fue sometido a una serie de exámenes médicos que confirmaron que tenía lesiones concordantes con un abuso sexual, con acceso carnal.
Pese a la confirmación, el juez sólo pudo imponer algunas medidas tutelares, ya que los presuntos autores materiales del abuso sexual, son menores de 16 años.
Es decir, que no podrán ser detenidos aunque se confirme que abusaron sexualmente de su primo.
Mientras tanto, el juez dispuso que todos los menores empezaran a recibir tratamiento psicológico para superar los traumas que les habrían generado los abusos de los que fueron parte.
Fiscalía
El representante del Ministerio Público, Julio Vidal, confirmó que existe una investigación por los abusos perpetrados en la “casa del horror” del barrio 8 de Abril. Además sostuvo que el caso será estudiado bajo el más absoluto de los secretos para proteger la intimidad de los menores que habrían sido víctimas de reiterados abusos sexuales.
Para el fiscal, el hecho de que una persona de 17 años haya dirigido las acciones de los menores, encuadraría el delito dentro de los supuestos de la “corrupción de menores”.
Inimputablidad y violaciones
Inimputablidad y violaciones
Los menores que fueron acusados por haber violado a su primo de 9 años, no podrán ser juzgados ni acusados formalmente de ningún delito, porque no alcanzan la edad mínima de imputabilidad impuesta en el Código Penal, que es de 16 años de edad.La que sí podría enfrentar las consecuencias penales de los abusos y la corrupción de los menores es la adolescente de 17 años, aunque de ser condenada, los jueces tendrán que esperar hasta los 18 años para fijarle la pena. l
