domingo, 23 de abril de 2023

UN GERARDO ZAMORA MAS FEUDAL QUE NUNCA

 

No solo maneja impúdicamente los hilos judiciales y legislativos de su provincia; ahora se suma al ataque contra la Corte y los justos reclamos porteños

3 de febrero de 2023 LA NACION

Como antes lo hicieron los Juárez, el matrimonio Zamora administra Santiago del Estero como si se tratara de un bien propio

Desencajado, anacrónico, caricatura del caudillaje que perturbaba el camino a la  organización nacional que impuso en el país el Estado de Derecho, se lo ve al gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, haciendo desafortunadas declaraciones. Parece que el señor feudal santiagueño disfruta de confirmar su condición de conspicuo ladero de la vicepresidenta de la Nación, eternamente sumida en una desesperada búsqueda de impunidad.

Lejos de la imagen que pretende dar, Zamora luce como un personaje acomplejado. “No nos subestimen”, vocifera, defendiéndose de las críticas hacia él y hacia su pareja, Claudia Ledesma Abdala, actual presidenta provisional delSenado de la Nación y quien lo ha reemplazado en la gobernación cuando laJusticia impidió a Zamora maniobras fraudulentas para asegurarse el poder eternoal frente del distrito.

Deberán saber ambos que lejos está la sociedad de confundir a Santiago del Estero, o a los santiagueños, con sus pésimos dirigentes políticos, un mal que lamentablemente no es exclusivo de esa provincia.

Nadie subestima a Santiago del Estero, que mucha sangre derramó en la guerra de la independencia y en la consolidación del poder de la Nación, frente a los intentos anárquicos en Pozo de Vargas. Mucho menos desde este diario, fundado por Bartolomé Mitre, quien encontró en esas tierras a tantos y leales partidarios. Un hijo de Santiago del Estero, cuya familia emigró ante los atropellos de Felipe Ibarra, fue nombrado ministro de la Corte Suprema por el presidente Mitre, en 1865. Nos referimos a José Benjamín Gorostiaga, el santiagueño más eminente del siglo XIX. Su protagonismo en la redacción de la Constitución fue notorio. En la Corte Suprema, que llegó a presidir, estableció la jurisprudencia en cuanto al rol del más alto tribunal del país como intérprete final de la Constitución nacional.

De vieja estirpe santiagueña fue también Ricardo Rojas, escritor e historiador que cursó sus primeros estudios en ese distrito, habiendo ganado merecido prestigio y llegado a ocupar el rectorado de la Universidad de Buenos Aires.

Desde los tiempos del imperio español, Buenos Aires recibió una numerosa y esforzada emigración de Santiago del Estero, que contribuyó a la riqueza y la cultura de la provincia y de la ciudad homónima. Queda claro que la subestimación la ejecuta la propia pareja gobernante de ese distrito, que conduce los destinos de los pobladores como si fueran sus súbditos, con una Legislatura y un Poder Judicial sumisos, que no ponen freno a sus embestidas y que nunca investigan a fondo los crímenes del poder. Basta recordar el caso del secuestro y posterior asesinato de Raúl Domínguez, empleado de la Dirección de Rentas de Santiago del Estero, testigo de una millonaria estafa contra el organismo, quien aparentemente sabía mucho de los desmanejos del gobierno de los Zamora. Tampoco se esclarecen los continuos atropellos policiales que han llegado a costar el cargo a un fiscal que se atrevió a investigar.

Su denodado impulso para someter a juicio políticos a los miembros de la actual Corte Suprema de Justicia de la Nación encubre viejos rencores del gobernador. En 2013, la Corte, con otra composición, impidió que Zamora violara la Constitución del distrito, que le prohibía una segunda reelección consecutiva y que la Corte provincial, mostrando un servilismo impropio de una república democrática, había respaldado.

Zamora extiende el fastidio por no lograr sus espurios objetivos también a la Unidad de Información Financiera, en tiempos en que ese organismo no estaba al servicio de la impunidad del gobierno de turno y que, con todo profesionalismo, denunció el intento de representantes de la gobernación que, violando la ley, pretendían retirar de un banco 32 millones de dólares en efectivo, evitando los controles que deben tener los fondos públicos y que fija la legislación antilavado.

Su burdo y acomodaticio desconocimiento de la legalidad guía su campaña contra los fallos de la Corte Suprema en un disparatado juicio, llegando incluso a promover causas penales contra un colaborador del presidente de la Corte, utilizando para ello a un juez federal y basándose en chats obtenidos de forma ilegal.

Su vergonzosa disposición a continuar accediendo adulonamente a las patrañas vicepresidenciales lleva ahora a Zamora a alentar al presidente Alberto Fernández a violar el artículo 53 de la Constitución nacional, al incluir en el temario de sesiones extraordinarias del Congreso el pedido de iniciación de juicio político a la Corte, una función que solo le corresponde iniciar a la Cámara de Diputados. También se ha expresado de manera sobreactuada y despectiva sobre la rapiña que ha hecho el gobierno nacional de los fondos coparticipables de la ciudad de Buenos Aires, cuya devolución ha sido dispuesta por el máximo tribunal.

Aunque, al asumir, juran cumplir y respetar las normas constitucionales, dirigentes como Zamora las violan sistemáticamente.

Con el ataque a la Corte, el gobierno nacional y sus cómplices, entre ellos, gobernadores de provincias con la peor calidad institucional, contribuyen también al desprestigio internacional de la Argentina, ahuyentando cualquier intención de invertir en el país. Sin justicia ni seguridad jurídica, la Argentina resultará inviable.

 

miércoles, 19 de abril de 2023

SOBERBIA E INSEGURIDAD JURIDICA EN SANTIAGO DEL ESTERO

 

El editorial del diario La Nacion dice que Santiago del Estero, es la provincia donde lapropiedad se discute como en el medioevo

Francisco Olivera

LA NACION 18 de abril de 2023



Crecen las quejas de usurpaciones, en general a pequeños productores que, cansados de reclamar sin respuestas, dejan los predios y se van a vivir a otra parte; las lleva adelante el Mocase, organización de buena relación con el kirchnerismo y el gobierno de Zamora

En algunos rincones de Santiago del Estero parece que costara aplicar la Constitución. Al menos el artículo 21, el del derecho a la propiedad privada, algo no garantizado en la enorme cantidad de tierra que está usurpada en estos momentos ante la inacción de la policía, la Justicia y el Gobierno.

El gran protagonista de estos atropellos es el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase), una agrupación en la que gravita el Movimiento Evita, que pertenece a la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y que integran dirigentes de muy buena relación con el gobernador Gerardo Zamora y su mujer, la senadora Claudia Abdala de Ledesma.

Es una debilidad de la democracia que empieza en una situación irregular de dominio, que en la provincia es generalizada, en muchos casos aprovechada por abogados afines al kirchnerismo o al poder de Zamora.

Una proporción significativa de los campos de Santiago del Estero no tiene la escritura en condiciones simplemente porque sus dueños, en algunos casos propietarios de hasta una quinta generación, no hicieron como corresponde ni ese trámite, ni el de la sucesión.

Eso alienta a abogados y escribanos que, con el respaldo del Mocase y a veces hasta amparados en la ley nacional 26.160, que obliga a un relevamiento territorial para los pueblos originarios, a discutir por la fuerza y con amenazas los títulos.

Representantes del Mocase Vía Campesina, el ala más dura de la agrupación, no respondieron a la consulta de este diario. En la provincia identifican al menos tres líderes: Adolfo Farías, Juan Chazarreta y Cristina Loaiza, todos ellos de buenos vínculos con el Gobierno. Loaiza es, además, integrante del Consejo Económico y Social, que preside Mercedes Marcó del Pont.

Muchas de las usurpaciones cuentan además con el respaldo del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), que conduce Analía Noriega, pero en ocasiones basta con la astucia de especialistas en litigar de buenos contactos. Entre ellos, Elio Alejandro Curet, escribano y socio de Claudia Ledesma en el estudio, o María José Venancio, abogada del Mocase y del área de derechos económicos, sociales y culturales del CELS.

Las víctimas pueden ser grandes productores, como la familia Masoni, el caso más conocido en todo el país porque tienen relación con el macrismo, pero también pequeños productores anónimos y de nula filiación política, cuyos campos no pasan de unas pocas hectáreas y que, hartos de la situación, hicieron la semana pasada una asamblea para dar a conocerla.

Esta mecánica de usurpación es, como el reclamo de la tierra, ancestral: el propietario se descuida, un día llega un contingente de vecinos con palos, lo amedrentan e irrumpen en el predio. El dueño seguramente hará la denuncia, pero es difícil que sea escuchado y, si tiene esa suerte, entrará en un litigio eterno donde tallan miembros de la Justicia que, en general, también tienen Oscar Amato, un cordobés de 69 años que compró hace 22 años 530 hectáreas en Sumampa, departamento de Quebrachos, al sur de la provincia, ya hizo 37 denuncias que nadie atendió.

Su campo, al que llegó a invertirle casi un millón de dólares y que en algún momento tuvo un feedlot y 16 empleados, está usurpado desde hace varios años. “O te vas o te morís”, le escribieron manos anónimas una vez sobre la tierra, frente al portón del predio, y Amato tomó hace dos años la decisión de volverse a vivir a Córdoba.

Ya no va, dice, porque sus hijas le recomiendan no hacerlo: cada vez que viaja vuelve con algún golpe. Una vez le quebraron los dedos; otra le hicieron tajos a machetazos. “Ojalá me lleve Diosito”, dice, y se le entrecorta la voz cuando recuerda que su mujer murió hace cuatro años como consecuencia de un cáncer, probablemente acelerado por tantos disgustos. “Tengo mucha bronca -dice-. Le diría a Zamora que me pagara lo que vale el campo y no vuelvo más a Santiago”.

Seguramente Alberto Ponce, que heredó de sus abuelos hectáreas en Salavina, siente una impotencia mayor. Tiene, al igual que Amato, las escrituras y la sucesión en perfecto orden. Pero Guillermo Cejas, el usurpador que atentó hace 12 años contra su padre mientras discutían los planos, ya está libre y, peor, adentro del predio familiar.

Al ver que les rompían el alambrado, los Ponce fueron en octubre de 2010 a encarar a Cejas, que afirmaba ser el dueño mientras, desde arriba del caballo sacó una escopeta y dio varios disparos. Le pegó en el tórax dos balazos al padre de Ponce, que estuvo en terapia intensiva durante dos meses. Todavía hoy, 12 años después, tiene secuelas de aquella agresión: está por volver a operarse. “Es desesperante porque no hay mucho que hacer”, dice el hijo.

Ponce recibió en ese momento dos heridas de bala en el tórax, que le costaron 8 cirugías y secuelas hasta hoy. Los atacantes estuvieron detenidos por cuatro años y medio. Salieron y usurparon a la familia Molina Las historias, que son múltiples y similares, dan cuenta de una provincia en la que los conflictos se dirimen por la fuerza. Por eso la asamblea de la semana pasada  hablaba de “condiciones medievales”. LA NACION intentó, sin éxito, comunicarse con autoridades de la provincia. Las incursiones sobre lo ajeno afectan en general a productores pequeños, en algunos casos hasta de bajos recursos. Y, como contraparte, los nuevos dueños de la tierra no son necesariamente indigentes.

Es el caso de Eduardo Federico López Alzogaray, nada menos que presidente del Tribunal Supremo de Santiago del Estero, la instancia judicial más alta de la provincia, a quien dos jueces, Roxana Vera y Pedro Jury, le dieron en los últimos años la razón en un reclamo frente a los Ardiles, la quinta generación de agricultores de una familia que tiene una escritura de 1977 para 30 hectáreas

de Chaguar Punco, departamento de Robles. Criaban lechones, ovejas, cabras.

Pero entre 2018 y el año pasado, gracias a dos órdenes de desalojo, una de las cuales se hizo con la infantería de la policía provincial y delante de los nietos de los Ardiles, se fueron quedando sin nada. Un día Manuel Ascencio Ardiles, dueño del lugar, fue a pagar la boleta del seguro de riego y se encontró con que estaba a nombre de la presidente del Tribunal Supremo de Justicia, cuyo argumento para discutir la propiedad es la herencia de una antepasada que, dice, es anterior a los Ardiles. Este diario intentó obtener una explicación del abogado de López Alzogaray, que tampoco contestó. Ardiles murió en enero pasado, ya sin ni un metro de tierra, a los 76 años.

 

Manuel Ascencio Ardiles, productor ya fallecido. Un día cuando fue a pagar un servicio se encontró que había pasado a nombre de Eduardo Federico López Alzogaray, presidente del Tribunal Supremo de Santiago del Estero

Muchos de estos campesinos se han resignado a una vida económica peor. Juan Lacorte, por ejemplo, pasó de propietario a changarín y albañil por las usurpaciones. Las sufre desde hace seis años en su terreno, unas 72 hectáreas en el departamento de Juan Felipe Ibarra. “En este momento, ellos están sembrando en mi campo -dice-. Muchos son gente que conozco, vecinos que hicieron la escuela conmigo”.

Hace unos años, Lacorte decidió encadenarse frente a la puerta donde se hacía la fiesta anual del Mocase para reclamar su propiedad. Lo rodeó un grupo de personas entre las que estaba, por ejemplo, Deolinda Carrizo, miembro del Mocase y hoy directora de Género e Igualdad de la Secretaría de Agricultura de la Nación, y le tiraron del pelo y lo golpearon. Dice que hizo desde entonces unas diez denuncias en Quimilí, pero que los fiscales nunca hicieron nada.


 

sábado, 8 de abril de 2023

CUANDO SE ENOJARON LOS SANTIAGUEÑOS DESAIRADOS

 

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La selección abandonó raudamente Santiago del Estero y dejó a muchos desairados por no haber cumplido con el paseo en el micro descapotable prometido por la AFA y el escaso contacto de los jugadores, evidentemente hartos del largo periplo al que los sometió Carlos “Chiqui” Tapia.

El equipo campeón cumplió en el Estadio Único con una goleada ante un inexistente rival de la ignota isla Curazao y el rostro del astro Lionel Messi evidenció enojo al finalizar el partido. Aparecieron en escena en la cancha Tapia y Gerardo Zamora, a quien el mejor jugador del mundo saludó brevemente, pese a la efusividad del anfitrión, que obtuvo la foto soñada.

Entonces Messi le dijo a Tapia que llevaría la réplica oficial de la Copa del Mundo al equipo y recién ahí empezaron a festejar. Evidentemente los jugadores no querían ser usados políticamente en el homenaje y así sucedió, en parte. No hubo foto en Casa de Gobierno, pero sí sirvieron para montar un show grandilocuente a medida del zamorismo, que movió sus contactos para recibir al seleccionado, incluso relegando al estadio Mario Kempes, de Córdoba, con mayor capacidad.

El estadio estuvo colmado de funcionarios, jueces, familiares y allegados al poder –gracias a miles de entradas de protocolo-, además de algunos afortunados que lograron adquirir las entradas con la polémica plataforma Deportick. Los que perdieron la oportunidad fueron los que intentaron adquirirlas por “derecha”, sin usar contactos. Quedó demostrado que los propios santiagueños quedan relegados de un estadio que se financió con fondos recortados a muchas áreas.

Más allá de las anécdotas sobre la polémica versión del himno que hicieron artistas locales o una extraña figura calva que descendió de las alturas para entregarle la copa al inefable Tapia, quedó a la vista la estrategia de “pan y circo” del zamorismo, que financia su megalomanía con recursos quitados a áreas sensibles como Educación, Salud y Seguridad.

Una fórmula que le dio resultado desde su época de intendente capitalino y que reproduce en escala cada vez mayor. Y que implica gastos exorbitantes: este martes el Boletín Oficial publicó la autorización de Zamora para adelantar fondos y disponer de los que hiciera falta para afrontar la visita mundialista. A cargo de la repartija de recursos quedó el jefe de Gabinete Elías Suárez. Y es sólo el comienzo porque el calendario prosigue con el Moto GP y el Semana Santa en Termas de Río Hondo, más otros proyectos negociados con “Chiqui” Tapia como el mundial Sub-20 y también el IndyCar.

El zamorismo festejó alborozado el oneroso espectáculo mundialista. Uno de los más entusiastas fue el dirigente Luis Nassif, quien se presenta como “creativo digital” y acompañó la candidatura a intendente de La Banda del perdedor Llamil Abdala. Con obsecuencia afirmó en un flyer: “Tenemos el mejor estadio. Tenemos el mejor jugador del mundo. Tenemos el mejor técnico. Tenemos el mejor gobernador del país”.

Esa publicación llegó al jefe de cirugía del hospital Néstor Kirchner, de Tucumán, el reconocido médico Miguel Ángel Noguera, quien en su cuenta de Twitter replicó: “Para eso vivo operando santiagueños en mi hospital de Tucumán, para que Zamora haga campaña con su estadio. Obvio no va a aparecer en una foto con la vesícula del paciente que peregrina por años en Santiago para operarse y viene a Tucumán”.

En los comentarios añadió que “los políticos se ofenden, la pobre gente ya sabe que debe venir acá si quiere solucionar su problema. Y ni siquiera el ministerio paga lo que se gasta en ellos: rechazan la facturación”.

Un médico gineco-obstetra le precisó que “el 30% de los pacientes de mi consulta de hospital público de Tucumán son de Santiago, es más, de Capital y La Banda. Ah… pero tienen Moto GP y estadio. Se los hago saber”.

Finalmente, Noguera reflexionó resignado: “Pero lo votaron tres veces (a Zamora) y una a la señora (Claudia Ledesma Abdala) y lo van a votar tres veces más”. La estrategia populista sigue funcionando a la perfección, aceitada con cuantiosos fondos retaceados a los servicios esenciales, lo que a pocos parece importar porque Messi estuvo en Santiago.

Por #visionsantiagueña en #ElTermeño #ylagentE