lunes, 5 de septiembre de 2011

BOLETA UNICA: PANACEA ELECTORAL O NUEVA DISTRACCION?


Por Pedro Gómez de la Fuente (*)
Luego del resultado de las internas abiertas del 14 de agosto, que solo pudo sorprender a los desprevenidos, el espanto recorrió las filas de los partidos opositores.-
La increíble cantidad de errores en la confección de las actas, en las que hay candidatos que tienen el cien por ciento de los votos y otros que, contra toda probabilidad estadística, no tienen ninguno, hizo que muchos dirigentes focalizaran su atención en uno de los aspectos más visibles de lo que –con buena voluntad- podríamos llamar "irregularidades" en el recuento de votos: las actas de escrutinio y la falta de boletas.-
Así es como se instaló, como remedio a los males que aquejan nuestro sistema electoral en los últimos veinte años y se agravan cada dos, la adopción de la boleta única, que es aplicada en la mayoría de los países latinoamericanos y en algunas provincias argentinas.-
Es interesante hacer algunas reflexiones al respecto. Si tenemos en cuenta el viejo axioma de la política práctica según el cual "las elecciones no se ganan juntando votos, sino contando votos", la forma material en que las opciones de voto se presentan al elector –que eso son las boletas- tiene una importancia inmensa y el modo en que las boletas facilitan o dificultan un recuento de votos trasparente, la tiene aún más.-
Es innegable que el formato de las boletas –y hasta su ubicación en el cuarto oscuro - predispone a una u otra conducta del elector. No es lo mismo, por ejemplo, tener que cortar la boleta para votar distintos partidos en distintos niveles, que integrar una boleta completa ensobrando en el cuarto oscuro distintas secciones de boletas que se presentan ya separadas.-
El efecto arrastre de los primeros candidatos, grande en el primer ejemplo, que es nuestra actual "lista sabana", sería mucho menor en el segundo y ese es el motivo por el que los partidos se han opuesto siempre a las boletas separadas por nivel de elección, iniciativa impulsada por algunos especialistas.-
En el caso concreto de la boleta única, desde el punto de vista teórico, poco se puede decir en su contra.-
Es indiscutible que facilita la distribución de boletas por parte de la Justicia Electoral y que pone en pie de igualdad a los partidos chicos con los que tienen una gran estructura rentada.-
Al ser provistas –necesariamente- las boletas por el Estado, no solo se ahorrarían los fondos destinados al aporte para impresión de boletas, sino que se desalentaría una de las más increíbles corrupciones de nuestra política: la creación de "sellos" que apenas tienen otra finalidad que cobrar este aporte.-
Desde el punto de vista del escrutinio de mesa, aunque no hay experiencias en elecciones nacionales, que son más complejas, lo cierto es que en Córdoba y Sta. Fe, donde se utilizaron en elecciones provinciales, la boleta única mostro sus virtudes prácticas.-
No es verdad, en cambio, que haga imposible las conductas fraudulentas, porque aunque no se puedan robar ya las boletas de los adversarios, no impide en absoluto algunas maniobras tradicionales, como el voto "en cadena" y hasta favorece otras.-
Por ejemplo: si no hay fiscales de alguna agrupación o estos están desprevenidos, es aun más fácil que con las boletas actuales anularles los votos; bastaría con marcar el candidato de otro partido al mismo cargo, lo que sería equivalente a poner dos boletas en el sistema actual.-
Hechas estas consideraciones, cabe preguntarse si son las boletas sabanas las responsables de las increíbles irregularidades de los escrutinios de mesa del 14 de agosto, confesadas incluso por algunos de los máximos responsables de la elección, como el Juez Federal con competencia Electoral de la Provincia de Buenos Aires.-
La respuesta, rotundamente, es que no y por lo tanto quienes presentaron en Diputados proyectos para implantar la boleta única, se equivocan no solo con la solución sino también con el problema.-
Las irregularidades en el computo tienen dos causas, y ninguna es la boleta sabana.-
La primera es la misma ley de internas abiertas obligatorias, farragoso galimatías de complicada aplicación práctica, más allá de su inutilidad evidente porque no hubo ningún tipo de elección interna en ningún partido participante. La boleta es solo un instrumento de votación y tiene que corresponderse con el sistema electoral con el que debe usarse. Es difícil imaginar un sistema de boleta única, que pueda dar cabida a las múltiples colectoras que los cálculos electorales de los partidos han autorizado y la ley permitió.-
La segunda causa es profunda y estructural: nuestra organización electoral, en un tiempo modelo de trasparencia y eficacia, está en crisis desde hace tiempo. Veamos por que.-
La base del sistema electoral argentino siempre fue la confiabilidad que debe tener quien es la máxima autoridad del comicio en cada mesa: el presidente designado. Durante muchos años, a partir de la sanción de la Ley Sáenz Peña en 1912, el presidente de mesa era seleccionado entre los inscriptos en la mesa, salvo imposibilidad a. Esta era la garantía de la trasparencia, porque independientemente de la militancia que el azar quisiera que tuviera el presidente, es imposible organizar un fraude a gran escala que implicara a las docenas de miles de autoridades del comicio.-
Pero ya sea por cambios en el humor social, falta de voluntad o de capacidad material de la Justicia para aplicar las sanciones previstas en el Código Electoral a quienes deserten de esa función o a la indiferencia de muchos sectores ante lo que consideran un asunto que solo interesa a los políticos, lo cierto es que ya nadie quiere ser autoridad de mesa. Lo que hace una generación era un honor, hoy es percibido como una carga a la que es mejor escapar.-
Por eso hubo que modificar el Código Electoral para designar el presidente, no ya entre los votantes de la mesa sino entre los de la sección electoral en que se encuentre la mesa, lo que da un poco mas de margen en la designación e instituir además compensaciones económicas para pagar lo que siempre fue considerada uno de los más importantes deberes cívicos.-
Como esto no alcanzaba para cubrir las designaciones, se echó mano finalmente a la más peligrosa de las soluciones: la creación de un Registro de Autoridades de Mesa Voluntarios.-
Esto, definitivamente da por tierra con la base de la confiabilidad del sistema. ¿Que impide a un partido con los recursos humanos suficientes– no empleo este término de manera inocente- llenar ese Registro con sus militantes? Ya sabemos que uno de los más viejos trucos el día de la elección es ofrecerse a ocupar el cargo de presidente de mesa si esta no se puede abrir por falta del titular. Hoy tenemos este sistema institucionalizado en la última versión del Código Electoral.-
Es en la increíble ineficacia de los presidentes de mesa, faltos de instrucción, donde hay que buscar las causas de las irregularidades del escrutinio y si pensamos que la ineficacia puede estar mezclada además con parcialidad tendremos la medida de la crisis de todo nuestro sistema electoral, que de seguir profundizándose va a deslegitimar todo poder político.-
Sorprende que eso no sea percibido por los representantes de algunos partidos que creen ahora que implantando la boleta única solucionarían un problema estructural de este calibre.-
Aunque en realidad no debería sorprender en absoluto, porque algunos son los mismos partidos que, ingenuamente, votaron la creación del Registro de Autoridades de Mesa dentro del paquete de la ley 26517 y que cuando los artículos transitorios que suspendían su aplicación hasta el año 2015 fueron observados por la Presidente de la Nación, no intentaron el procedimiento de insistencia del artículo 83 de la Constitución Nacional.-
Esto da lugar a una reflexión final: en las elecciones, como en la vida, cada uno suele recibir lo que merece.-

(*) Abogado. DIRECTOR NACIONAL ELECTORAL (1993-1996). DIRECTOR NACIONAL DEL PROYECTO PNUD "PARA EL MEJORAMIENTO DEL SISTEMA ELECTORAL" EN EL MINISTERIO DEL INTERIOR (1993-1995) SUBDIRECTOR NACIONAL ELECTORAL (1991-1992). Representante del Ministerio del Interior ante la Comisión de Reforma Institucional de la Cámara de Diputados, 1990. Representante del Ministerio del Interior en las "Reuniones de Aplicación del Voto de Argentinos en el Exterior" Washington-Nueva York, 1993. Representante del Gobierno Argentino en la Misión de Observación Internacional de la Organización de Estados Americanos, Perú, 1992. Representante del Gobierno Argentino en la Misión de Observación Internacional del "National Democratic Institute", Paraguay, 1994.-

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