· "LOCOS POR SANTIAGO
por Deyes Sosa
A través de la web Facebook, una santiagueña radicada en
España desde hace muchos años invita a sus contactos a dar el clásico “me
gusta” a una página web llamada “Locos por Santiago”.
Una mirada a ella permite saber que ha sumado a la fecha más
de 8 mil adeptos a la propuesta con mensajes como: “Buen díaaa! la pava está lista! el humito de
leña nos invita a empezar bien la mañana! O “muy buenas fotos que traen añoranzas
(sic), del pago… aguante Santiago”; o al hacer referencia al huiñaj alguien
escribe: “creo q es q hace llover cuando florece... eso me dijeron hace 2 años
q fui a Mailin y la Sra. Mary Palavecino tenía 1 de esas planta en flor.. y llovió
muucho”.
La pagina se ilustra con fotos de nuestros reconocidos
folcloristas, y de sitos muy campestres con ranchos o mostrando la cocción de
comidas típicas mas otros testimonios de pura santiagueñidad.
Un análisis de esta sugerencia habilita a sugerir sin embargo
y en merito la profundidad de las ideas,
a que debemos pensar ya en procurar un cambio de mentalidad pero sin
perder identidad, toda vez que nos encontramos con el mismo paisajismo
espiritual en el que abunda ese “ser santiagueño”, y que configura un aporte a
la bohemia y a un tradicionalismo exagerado pero demasiado quieto que muy poco
contribuye el desarrollo de la provincia.
Nadie
puede desconocer los rasgos culturales de la santiagueñidad, sus valores, y el
gran aporte al sentido nacional argentino. Pero nos quedamos todavía; seguimos
con la chacarera, la tuna, el chipaco, la tortilla a la parrilla, y el rancho
de la abuela. Debemos razonar ya de que el “paisaje” provinciano no ha cambiado
en más de medio siglo. Si uno pasa por los pueblos del interior, en su mayoría
lo habitan niños y viejos. Los jóvenes se fueron a otros sitios para poder
vivir mejor y son quienes quieren a Santiago… “pero de lejos”… Esta frase la
supo decir hace muchos años nuestro Hugo Díaz cuando se lo indagó en el marco
de una amena tertulia si él podía radicarse de nuevo entre nosotros y desde
aquí proyectarse al país.
Es un
serio problema el de la educación del santiagueño que muy poco a cambiado lo
que favorece al clientelismo político.
Roberto Azaretto, un mendocino que ocupó el ministerio de gobierno en la
intervención de Lanusse, cuando fue derrocada
Nina de Juárez vive entre nosotros ahora. Es un hombre culto, muy instruido y profundo conocedor de
la historia nacional. Supo contar que durante su gestión ministerial recorrió
todo el territorio de Santiago para poner acento en cuanto a la idiosincrasia
de su gente y cuenta: “en los pueblos linderos con Santa Fé, piden obras de
infraestructura para el desarrollo; hablamos de electricidad, agua y caminos.
Los que
viven en otro lado le requieren al político que busca el voto “un bolsón mas de comida porque le aumentó la familia”. Ahí
salta la diferencia. La influencia transcultural con los santafecinos metida en
ese sector de Santiago ha generado un cambio de mentalidad. Pero esto no ocurre
en el resto de la provincia donde la “cultura” es diferente y sigue muy
enraizada al pasado. Es esa del rancho, la cabra, el charqui, el carro con
mulas, todo envuelto en aire de chacareras manserianas que sigue sosteniendo
ese paisaje “eterno” de un Santiago que muestra culturalmente como se mantiene su indefinida postración.
Hagamos de nuestro folclore en todas sus manifestaciones un culto y
sigamos orgullosos de esa forma de identidad. Pero con esos atributos, que son
un privilegio, debemos levantar una plataforma de lanzamiento al progreso.
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