lunes, 9 de junio de 2014

QUE PAR DE PÁJAROS LOS DOS...

Martin Lucatelli y la revista La Columna: una Estafa de película

Finalmente la policía descubrió el escondite de Martin Lucatelli, quien ingenuamente, pergeñó un ardid muy infantil para tratar de zafar del raid delictivo que desde hace años viene realizando en perjuicio de sus propios amigos. Un matutino oficialista, venia tratando el tema subestimando, como acostumbra, a sus lectores, pero nadie acusaba patente de idiota.
Se resistía a informar a la comunidad que un delincuente vulgar se escondió en el campo para burlar a sus acreedores a quienes había estafado en su buena fe. Este oscuro personaje es el testaferro, socio y “colocador” de dinero de quien cometió una de las más grandes estafas en y a  la provincia, el mismísimo usurero y estafador Jorge “El Negro” Enrique Fuhr.

Llama la atención la ingenuidad con que trabajó la justicia federal en ocasión de la instrucción sumarial en contra de la familia Fuhr ante el delito de evasión agravada estafa procesal y desbaratamiento de derechos, sin que se llamara a Martin Lucatelli a prestar – al menos declaración testimonial-   al conformar una asociación ilícita de público y notorio.
No se entiende como la justicia local no instruyó a la policía para que asegure el comparendo del “mendigo” escondido en el campo, cuando ya se sabe que lo hacía para burlar a sus acreedores quienes le confiaron su dinero, sin advertir que se trataba de un delincuente de guantes blancos.

Se dice que Lucatelli aprovechó el parentesco político que lo ligó al actual Secretario de Gobierno del municipio local, para manejar el “dinero negro” de los funcionarios de turno desde donde se extendió la ruta delictiva hacia otros poderes, como el judicial.
Entre Fuhr y Lucatelli se estima que “lavaron” más de 200 millones de pesos, entre los que aportaron sus amigos, a quienes defraudaron y el dinero sucio de la corrupción local.  

“ El “Negro” Fuhr  - dice la Revista La Columna- no es uno de esos santiagueños que viven en otras latitudes. Al contrario, es uno de esos personajes locales que se puede encontrar en cualquier bar, sobre todo los cercanos a la “city bancaria”.  Su nombre, desde hace larguísimo tiempo, está ligado con grandes movimientos de dinero, como prestamista”. Lucatelli operaba como su socio oculto, sin por el momento pasar inadvertido.

 A la caída de Fuhr  el negocio siguió produciendo pingues ganancias, ya que nadie cuestionaba demasiado por qué caminos se movería el efectivo. Era Lucatelli quien posibilitaba que los capitales se incrementaran mes a mes sin tributar al estado. De este modo, el “mendigo escondido en el campo”  tenía un más que importante capital para “mover”. Grandes sumas que vertía en  mesas de dinero lo que le permitía, a su vez, prestar efectivo y lograr importantes diferencias.


Terminó la película. El delincuente Fuhr y su familia están en libertad. Lucatelli quiere que lo declaren inimputable, porque no quiere devolver el dinero que escondió y otra vez los santiagueños perjudicados. La policía desprestigiada y la justicia burlada una vez más.  ¿Cuándo se dejaran de joder las autoridades  y tengamos a estos tipos tras las rejas?

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