miércoles, 11 de enero de 2023

TODAVÍA HAY JUECES EN BERLIN

 



   
Corría el año 1737 cuando comenzó la edificación de un molino de viento sobre terreno baldío.

Diez años más tarde Federico el grande eligió este lugar para construir el castillo de Sanznz Souci. El castillo estorbaba la adaptación de los planos de sus jardines y el arquitecto manifestó la necesidad imperiosa de arrasarlo.

El rey llamo al hijo que había heredado el molino y le hizo una oferta tentadora de dinero.

Ante las negativas Federico le manifestó que lo trasladaría al lugar que el eligiera liberándolo de impuestos a perpetuidad e indemnizándolo por las molestias. El molinero tampoco accedió.

Ante la obstinada negativa el rey dijo:

-sabes que puedo quitarte el molino sin darte nada?-

Y el molinero respondió:

- efectivamente majestad. Si no hubiera jueces en Berlín-

Ante semejante respuesta el monarca y vencedor de toda Europa. El hombre de mayor poder del momento !le respondió:

-es tu derecho, quédate con tu molino buscaré otra solución-

El poderoso monarca comprendió que eso no significaba su derrota sino el triunfo del derecho.

El molino subsistió y resistió los embates del tiempo.

Un siglo más tarde el molino no funcionaba y un descendiente del molinero le ofreció en venta a Federico Guillermo 3  por estar en quiebra.

El rey en homenaje a un antepasado dictó el siguiente decreto:

Los buenos vecinos tienen el deber de ayudarse mutuamente y como vecino del molinero le remito 2000 taler para que pueda librarse de sus dificultades económicas y repare el molino con el fin que se conserve como recuerdo eterno del amor a la justicia de Federico el grande.

Aún se conserva el molino en el edificio del castillo. Se lo ha declarado monumento nacional como símbolo del derecho y recuerdo de un rey que jamás doblegó su voluntad ante hombre alguno. Pero que respetaba la justicia.

Señores Gobernantes Nación provincia, no se olviden: Hay jueces en Berlín..  

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