Diez años más tarde Federico
el grande eligió este lugar para construir el castillo de Sanznz Souci. El
castillo estorbaba la adaptación de los planos de sus jardines y el arquitecto
manifestó la necesidad imperiosa de arrasarlo.
El rey llamo al hijo que
había heredado el molino y le hizo una oferta tentadora de dinero.
Ante las negativas Federico
le manifestó que lo trasladaría al lugar que el eligiera liberándolo de
impuestos a perpetuidad e indemnizándolo por las molestias. El molinero tampoco
accedió.
Ante la obstinada negativa
el rey dijo:
-sabes que puedo quitarte el
molino sin darte nada?-
Y el molinero respondió:
- efectivamente majestad. Si
no hubiera jueces en Berlín-
Ante semejante respuesta el
monarca y vencedor de toda Europa. El hombre de mayor poder del momento !le
respondió:
-es tu derecho, quédate con
tu molino buscaré otra solución-
El poderoso monarca
comprendió que eso no significaba su derrota sino el triunfo del derecho.
El molino subsistió y
resistió los embates del tiempo.
Un siglo más tarde el molino
no funcionaba y un descendiente del molinero le ofreció en venta a Federico
Guillermo 3 por estar en quiebra.
El rey en homenaje a un
antepasado dictó el siguiente decreto:
Los buenos vecinos tienen el
deber de ayudarse mutuamente y como vecino del molinero le remito 2000 taler
para que pueda librarse de sus dificultades económicas y repare el molino con
el fin que se conserve como recuerdo eterno del amor a la justicia de Federico
el grande.
Aún se conserva el molino en
el edificio del castillo. Se lo ha declarado monumento nacional como símbolo
del derecho y recuerdo de un rey que jamás doblegó su voluntad ante hombre alguno.
Pero que respetaba la justicia.
Señores Gobernantes Nación
provincia, no se olviden: Hay jueces en Berlín.. ❤️
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