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Gomecito travieso batero del regional |
Es lamentable lo que pasa en
nuestro centro de salud más importante, con el conocimiento pleno del Ministro
del área, como del Gobernador de la provincia. Pretenden tapar el sol con las
manos, pero la corruptela chorrea por todas partes y no logran erradicarla, y
es posible que la incentiven.
En la nota pasada nos referimos a
una vieja empleada traficante de influencias que en cargo clave recauda para
sus bolsillos. Cuando apareció la nota los mismos dependientes se ocuparon de
foto duplicar el contenido distribuyéndola por todo el hospital, para que se
enteren quienes son los funcionarios que tomaron por asalto esta casa de salud.
Aquí presentamos otro corrupto que tendrá que rendir cuentas en la justicia la
brevedad.
Se llama Gabriel Gómez, y es empleado
contratado con sueldo de 1.500 pesos. Es uno de los cuatro privilegiados con
acceso al área de admisión de urgencias, lo que le posibilita conocer y sustraer
información confidencial del hospital manipulando datos de los pacientes
internados, para que ciertos estudios jurídicos ofrezcan sus “servicios
caranchos” a los pacientes accidentados, a cambio de una módica comisión.
Al “Gaby Gómez” le apasiona el
rock nacional y ello se nota por su vestimenta y temperamento, que suele
cambiar a la hora de los negocios. No se
sabía cómo adquirió costosa batería para hacerla sonar en las horas del ocio,
de aquí en mas se tendrá una idea de ello.
Otro de los curros conocidos de este individuos es la “recarga
de cartuchos de toner” para las impresoras del hospital, facturando con nombre
apócrifo y de terceros por la suma de 5.000 mensuales, y de paso se encarga de la reparación de todas fotocopiadoras, siempre descompuestas
por imperio de alguna mano traviesa.
Totalmente comprobado y con
conocimiento de las más altas autoridades de la dependencia, éste empleado
infiel es el responsable de la desaparición de un torno del consultorio
odontológico (obra denuncia policial de esta sustracción) , dos aires
acondicionados del sector urgencias, tres tensiómetros nuevos, una centrifuga,
una bomba inyectora, un set de cables para pacientes, de un electrocardiógrafo y varios set de
respiración para incubadoras, entre otros elementos.
En connivencia con la Dirección
de Administración del Hospital, se encarga de la facturación de obras ya
realizadas por montos siderales, entre ellas la construcción de la oficina de
admisión de maternidad, ampliación y modificación de la oficina del
administrador, colocación y reparación de aires acondicionados varios,
contratación de contenedores para recolección de residuos, al margen de la
existencia de una empresa dedicada al rubro, la que factura por otra parte.
También está abocado a compra de
impresoras usadas, que las factura como si fuesen nuevas, también se conoce lo
que recaudó por equipos de cirugía descartables por cantidades exorbitantes,
que nunca ingresaron al hospital.
Para que no digan que es ocioso,
el muchacho factura también por la compra de manómetros que nunca ingresan al
hospital, porque en realidad lo que hace es restaurar los viejos instrumentos, trabajo éste que lo realiza
un conocido cerrajero cómplice que aporta su cuit para la facturación.
Hoy “gomecito” no solamente tiene
oficina propia en la sala de maternidad desde donde cumple sus efectivos
servicios en su favor, con el tributo debido al Administrador Miguel Carabajal,
sino que también dejó el colectivo para movilizarse en moderno automóvil de su
propiedad.
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