por Deyes Sosa.-
 |
| Facsímil diario Liberal de la fecha ocultando información
A decir verdad nunca me hubiera imaginado en mis años largos años de periodista que alguna vez escribiría este titulo completamente convencido de que todo tiempo pasado, en nuestro Santiago periodístico, fue mejor.
Hoy de solo mirar a simple vista lo que ocurre a diario con los pasquines oficialistas las ganas de vomitar no cesan, porque ni siquiera hay vergüenza o pudor de parte de los escribas de turno que no dejan margen para un pensamiento que no sea una reverenda putiada.
El "viejo fundidor" de conocido maleante, devino en proveedor del Estado. Millonario junto a su descendencia de inútiles analfabetos. El viejo diario de los Castiglione en las manos de los ICK y del nuevo socio gobernante, para convertir a la provincia en un títere de mal gusto.
Publican nada mas que pelotudeces. Solo actos protocolares del gobierno. Como decía mi tía Constanza: "de robar no hablar"?
Esta nota que ilustra la pagina, nos hace conocer el colmo de la "agachada". Ayer el diario La Nación publicó respecto de la morosidad de los partidos políticos nacionales en cuanto a la rendición de cuentas de los aportes que les provee a dichos partidos. Y de paso cañazo no dejo de mencionar a nuestra provincia en la persona del Sr Interventor del Partido Justicialista, uno de los inútiles mas grandes que se conoce dentro del peronismo que tiene intervenido a este distrito desde hace 9 años y que aun no presento los balances, es mas, lo que logró presentar, fuero rechazados por la justicia de aplicación.
En síntesis: alguien se esta quedando con los aportes dinerarios que le envían al Partido Justicialista local y no los rinde como es debido o como le exige la ley. ¿Qué publico el diario Liberal? La noticia, pero se cuido de nombrar lo que atañe a Santiago, que seria lo mas importante de la nota.
Así quedo este diario que otrora supo ser uno de los mas importantes del NOA. Hoy se integra con notas como esta, suplementos pedorros, ausencia toda de la actividad local, prohibición de mencionar a personas destacadas de esta comunidad y de paso silenciar todo hecho que pudiere mínimamente descubrir la corruptela imperante en la provincia.
Es por ello el titulo de la nota: ¡¡VOLVE TOTO, que te perdonamos!!!
|
Mientras El Liberal fue nuestro, jamás mentimos, sino que acomodamos lo que sucedía a nuestra conveniencia. Fuimos los artífices de lo que se debía creer y no se debía creer en Santiago y también de lo que se debía saber (guardamos secretos del poder que nos llevaremos a la tumba, pero nuestros lectores no sabían que no les convenía enterarse de algunas cosas y nosotros los protegimos contra esos conocimientos malsanos).
ResponderEliminarCon El Liberal, si bien nunca estuvimos directamente en el poder, salvo mi carguito en el Tribunal de Cuentas, sí colocamos a nuestra gente en puestos claves de la administración durante varias décadas. Quizás no fue nuestro ningún gobernador o intendente pero sí eran nuestros los que les atendían el teléfono. Y era nuestro derecho al ser dueños de la opinión pública de los santiagueños.
Mienten quienes dicen que creamos dos monstruos en Santiago, creamos más de dos docenas, desde Juárez e Iturre a José Figueroa y Fernando Lobo, por nombrar solamente cuatro.
Fuimos el poder detrás del trono de varios gobiernos, incluso de los militares. Hay santiagueños que no se olvidan de que durante aquel tiempo varias páginas diarias de El Liberal, se redactaban directamente en la Casa de Gobierno. Cuando el golpe, en 1976, también fuimos el único diario del país que sacó a la calle dos ediciones: la normal antes de saber de los militares y otra, en la que nos acomodábamos con el nuevo poder.
Y los ensalzamos hasta el ridículo. Teníamos un periodista que se dedicaba todos los días, en una olvidable sección del diario a publicar un versito tierno para César Fermín Ochoa.
Usamos a la Iglesia para nuestros fines y cuando no nos sirvió más, la acusamos de progresista o de retrógrada, según nuestra propia conveniencia, aunque siempre mantuvimos buena relación personal con todos los obispos que pasaron por Santiago, salvo con Eusebio Sueldo, pero es un detalle en tantos años de poderío.
No nos mezclamos con el Santiago que producía, porque fuimos los primeros en entender que la provincia necesitaba servicios no productos. Jamás fabricamos ni un alfiler ni tuvimos campos. No, nosotros pusimos estudios de abogados, contadores. Administramos la propiedades que íbamos comprando, pero ¿producir?, ¿para qué?
Explotamos a nuestros periodistas hasta que les sacamos la última gota de sangre. Una de nuestras últimas víctimas fue Juan Carlos Hourcade, un iluso tucumano que creyó que habíamos creado la Universidad Católica para cambiar la realidad santiagueña y que apoyaríamos esa tarea desde el diario. Cuando Juárez le inició juicio, lo dejamos solo y tuvo que volver a Tucumán con la cola entre las patas.
Eso somos los Castiglione. Eso y mucho más, por supuesto. Y no soy solamente yo, Julio César: mis hermanos y mis primos en algunos casos fueron mucho peores, más sanguinarios. A veces tuve que contenerlos para que no publicaran en el diario que todos los lectores eran unos negros de mierda que no se merecían nuestro sacrificio.
Es cierto que ahora estamos en la ruina, no económica sino social. Ya no somos lo que fuimos. Somos parte de una burguesía en decadencia: dentro de poco no nos quedará ni el TabyCast, de hecho la mayoría de nosotros ya no vive ahí. Pero los que vinieron detrás de nosotros y no lo digo como una justificación, son peores que nosotros, mucho más sanguinarios, sin corazón. Son parte de un Santiago que añorará nuestras épocas, de la misma forma que hoy muchos dicen en la calle "Nina volvé".
Por mas que pretendas parecerte al legitimo ex emperador Julio Cesar, no logras el convencimiento popular. Tampoco lo consiguió Julius. Vivió en una nube de pedo pensándose dueño de la verdad, tal vez su mas craso error. El imperio caído no fue del todo estrepitoso, no están en la ruina económica, uno de ustedes el cara de bobo, cuenta con varios millones de dolares, por decir algo... No explotaron a los periodistas, los subestimaron. Y mantuvieron en sus puestos a los de la peor calaña. Como Juarez, mantuvieron el pulso provincial durante 50 años y no llegaron al poder porque no supieron hacerlo, de mas esta decirlo las veces que lo intentaron. Les ocurrió lo que a todos... dueños de medios sin periodistas, están destinados a desaparecer como medios. No lograron enjendrar ni uno solo a pesar de tanta cría. Lo mismo pasará con los Cantos y los Ick. no les sirve la descendencia. Ya los veremos caer estrepitosamente, pero millonarios gracias al erario publico. Pero felizmente hay una mano que escribe, un oído que escucha y unos ojos que ven... Nadie se salva de El. Y a pesar de que lo conocen, nunca podrán alegar ignorancia. No lo olviden los 3. Ya se quedó con los primogénitos y vendrá por mas... los ultimos seran los peores.
ResponderEliminar