miércoles, 1 de marzo de 2023

EXQUIZOFRENIA SOCIAL

 



Amigo lector: tomo este título de un mensaje recibido por internet. Me parece estupendo y muy actual. Se le atribuye a un presbítero brasileño, Gabriel Vila Verde. La esquizofrenia es una alteración mental; por lo mismo, la esquizofrenia social es una alteración de los patrones de conducta social. Pues bien, vamos.

Vivimos en una época en la que quieren que los sacerdotes se casen y que los casados se divorcien. Quieren que los heterosexuales tengan relaciones sin compromiso, pero que los “gays” se casen en la iglesia. Que las mujeres se vistan como hombres y asuman papeles masculinos y que los varones se conviertan en “frágiles” como mujeres. Un niño con solo cinco o seis años tiene derecho a decidir si será varón o mujer por el resto de su vida, pero un menor de dieciocho años no puede responder por sus crímenes.

No hay plazas para los pacientes en los hospitales, pero hay incentivos y patrocinio para quien quiere hacer cambio de sexo. Hay un acompañamiento sicológico gratuito para quien quiera dejar la heterosexualidad y vivir la homosexualidad, pero no hay ningún apoyo de este mismo para quien desea salir de la homosexualidad y vivir su heterosexualidad y si intenta hacerlo, es un crimen. Estar a favor de la familia y la religión es dictadura, pero orinar sobre los crucifijos es libertad de expresión. Si no es el fin de los tiempos debe ser el ensayo. Hasta aquí el padre Gabriel. En la misma línea sigo haciendo lecturas de la realidad cultural de hoy.

Por defender el llamado libre desarrollo de la personalidad, se están cometiendo muchos atropellos a los derechos sociales. Hoy, si se encuentran a unos estudiantes practicando el sexo en el aula de clase, hay que respetar el “libre desarrollo de la personalidad”; hoy creer es un irrespeto a los no creyentes y expresar públicamente sus no creencias es un derecho. Hoy hacen paro quienes trabajan y sus días de protesta se les paga, concluyen sus brazos caídos con vacaciones decretadas, -un relajo impresionante-. Pareciera que ya no vale la pena ser honesto, puntual y responsable; el vivo vive del bobo y ahí vamos para adelante.

No tenemos gobiernos fuertes que hagan respetar la ley; la diferencia de sueldos es abismal y seguimos hablando de paz; se establece una tabla de salarios, pero el congreso establece su propia escala salarial, ¡qué horror! ; -después nos quejamos que sube la extrema izquierda al poder-. ¿Por qué Venezuela cayó en la actual tiranía y la terrible descomposición social reinante? Porque la clase dirigente se corrompió y la gente harta de tantas promesas fallidas, se fue por el que más gritaba; cambió de verdugo por uno más cruel.

Hoy solo se habla de derechos, hablar de deberes es caer en el oscurantismo; hoy los padres no pueden formar a sus hijos, es el Estado el que impone unos parámetros y reglas traídas de otras culturas. Hoy hablar de los valores de la familia es ir en contravía de los nuevos paradigmas culturales. Hoy jurar en nombre de Dios es un irrespeto a los no creyentes. ¿A dónde llegaremos?

Por Redacción,La Nación Colombia. 

 

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