jueves, 20 de junio de 2013

ANGELES RAWSON, Y EL CASO AÑAPA UN EPISODIO SANTIAGUEÑ0.


EL MISTERIO  ANGELES RAWSON, Y  EL CASO AÑAPA UN EPISODIO  SANTIAGUEÑ0.
Por Pinguy Juárez                                                                                                                      


El asesinato de Ángeles domina el espectro periodístico con todo tipo de comentarios, análisis, consultas a abogados penalistas, psicólogos, psiquiatras, con un sinnúmero de hipótesis, en un intento de desentrañar lo que realmente pudo haber pasado y cuya verdad podría revelarse en lo que ante el juez de la causa declare a su turno el auto incriminado Jorge Mangeri.


Sin embargo, entre tantas especulaciones periodísticas no ha tenido un espacio más amplio aquel que aventuraría a sospechar que quizás alguna cuestión de contenidos sentimentales entre agresor y víctima pudiese haber sido el desencadenante del trágico y misterioso episodio. Precisamente en el programa que conduce Antonio Laje en CN5, la noche del jueves 19 un columnista se animó a atribuirle al caso una presunta cuestión de tipo “sentimental” que podría haber estado adornando el vínculo convencional entre ella como vecina del edificio y su portero.

De todo lo que se publicó en los diarios y se analizó abundantemente en los programas periodísticos de la TV resultaría esta la primera vez, o una de las pocas veces en que alguien aludió tangencialmente a esa posible circunstancia como la desencadenante de la tragedia

Un repaso de la situación de ese día. Ángeles entró al edificio pero no ingresó a su departamento. Se encontró con Mangeri… ¿de qué hablaron al encontrarse?... ¿discutieron? El portero, sin testigos a la vista y estando solo en su casa (su mujer regresaba a las 9 de la noche) pudo acaso haberle formulado alguna propuesta “deshonesta” a la chica lo que provocó la fatídica reacción?
Acaso habría entre los dos una cierta “onda” de seducción como para que el hombre se anime a la sugerencia de buscar intimidad de pareja al apreciar que las circunstancias eran propicias para concretar un encuentro amoroso o carnal?

Ángeles y su conducta frente a Mangeri habría tenido “actitudes” seductivas en una suerte de “juego de divertimento” tan común hoy en las chicas y mujeres y el hombre perdió los estribos, mas aun teniendo en cuenta los encantos físicos de la muchacha?
¿O habría acaso alguna secreta relación sentimental entre ambos?

Mangeri no ha dicho nada aun… Calificó al episodio de “accidente” y se auto incriminó de la muerte de Ángeles tal vez al reparar que actuó impulsivamente. Ahora está arrepentido… y no quiere involucrar a nadie... (¿Por qué dice que su mujer no debe ser mencionada en todo esto?)

Si acaso no hubiese ocurrido el trágico desenlace… que hubiese significado para él si hizo una propuesta deshonesta o intentó abusar de la joven? Quedaba a merced de una denuncia lo que podría haberle significado perder su trabajo como encargado del consorcio vecinal y hasta a su propia mujer, con quien se dice llevaría una relación de pareja impoluta por haber cometido un gesto de infidelidad.

                                           EL CASO AÑAPA DE LOS 80

Después completaría el trabajo. Llevó el cuerpo de Ángeles aun con vida a los depósitos del inmueble y aguardó el paso del camión recolector de residuos para incluirlo. ¿Lo hizo solo?
Este episodio, por su semejanza, trae a la memoria la muerte de una joven estudiante en Santiago en la década del 80.

Ella se llamaba “Meiky” Morales, quien tenía interesantes encantos físicos. Una desolada noche de viernes alrededor de las 23, subió a un colectivo de línea para volver a su casa a la salida del profesorado. El vehículo era conducido por un tal “Añapa” según el apodo con el que se lo identificaba. Ambos se conocían aparentemente por un trato meramente rutinarios pero frecuentes.

En un momento quedan solos en el colectivo. Añapa lo detiene y encara a Meiky, aparentemente con la intención de tener algo con ella. La chica reacciona, le pega un arañazo. El colectivero lo replica con un golpe en el rostro que por su violencia la arroja contra el hueco de la puerta de descenso de pasajeros. Meiky golpea la cabeza contra un peldaño de la escalerilla y queda desvanecida… Añapa la levanta y acuesta en la última butaca del colectivo. Intenta llevarla a un hospital cercano pero sobre la marcha decide dejar su cuerpo directamente en la Avenida Costanera, semi oculto sobre un talud de tierra, a metros de la alambrada del Golf Club, por entonces una zona poco transitada. La chica estaba aun con vida. Así reza la reconstrucción del hecho.

Se denuncia en tanto su desaparición. Al cabo de 48 horas, un domingo a la siesta (casi dos días después) el cadáver de Meiky es descubierto por un caddie que va en busca de una pelota junto a la alambrada perimetral del club con la Costanera. Roedores habían seccionado parte de sus manos. La pericia policial concluyó con la detención del colectivero. El entonces jefe de investigaciones Crio. Felipe García “lo hace cantar” y Añapa admite en su confesión ser el autor del episodio.

Como contrapartida el médico forense, doctor David Waisman, una autoridad en la materia de reconocimiento nacional, al realizar la autopsia al cadáver se encuentra con restos de comida ingerida por la victima en las últimas 24 horas… Ello habría indicado de que la chica podría acaso haber estado en algún lugar secuestrada o por propia voluntad, desechándose primariamente la teoría de que todo ocurrió dentro del colectivo. Había desaparecido un viernes a la noche, y la encuentran sin vida el domingo.
La teoría de Waisman fue desestimada por el médico forense de la Policía Federal Argentina, a lo que hizo lugar el entonces juez de la causa, Remigio Carol.
Entretanto los rumores daban cabida a que Meiky habría estado en “alguna fiesta” con hijos del poder de Santiago y allí haber ocurrido algún episodio que cegó su vida.
Conclusión: al cabo de dos años de procesamiento y privación de su libertad, Añapa fue enjuiciado y es sentenciado por homicidio preterintencional. Quedó en libertad poco tiempo después.
Hoy reside en Buenos Aires y según se ha podido saber, prestaba servicios en la línea 60.
En una marcha realizada en la Plaza Libertad por las repercusiones del doble crimen de La Dársena lo hacía una señora que resultó ser la mamá de Meiky Morales… La circunstancia permitió conocer de ella una profunda confesión: a mí no me cerró nunca la investigación  por la muerte de mi hija”. Casos casi similares, verdad ?

fuente: www.forobrevettarodriguez.com.ar 
 

 

 

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