EL CELULAR DE SCHIARETTI
por Miguel A. Brevetta Rodriguez
SCHIARETTI: con flequillo "camuflado" y su adiccion al celular ajeno
La
política presenta entre sus particularidades, hechos de toda especie,
los que en ocasiones exceden el asombro y ello nos lleva a indagar
causas y efectos que tampoco suelen encontrar explicaciones. Entre los
fenómenos dignos de estudios se encuentra un personaje que parece
proveniente del oscurantismo de la baja edad media, que a pesar de su
intrincado transito por las lides de la política, subsiste en esta era a
aprueba de cualquier experimento.
Juan
Schiaretti que se asemeja más a un funcionario del “macondo” de García
Márquez, que de la docta cordobesa, vuelve a ser noticia de la misma y
reiterada especie a la que nos tiene acostumbrados, es decir a la página
de policiales. Según informa el diario La Mañana de su provincia natal:
“Anoche el programa ADN mostró una orden de pago emitida por el
Ministerio de Administración y Gestión Pública de la Provincia, en la
que se adjunta una factura de la empresa AMX ARGENTINA SA por servicios
de telefonía celular. La factura emitida a nombre del ingeniero Damián
Pardo, responsable de esa área del Ministerio, es por un monto de $
54.512.” (1)
Esa decir que una vez más, el cuestionado e incalificable funcionario de esta democracia, quien desde hace más de treinta años se acomoda hábilmente entre las bambalinas del Poder, continua haciendo de las suyas con los dineros del Estado, sin que mortal alguno, interponga la denuncia pertinente en resguardo del erario público, toda vez que según se desprende de la noticia periodística:: “… el dato que surgió al desglosar la información es que entre los teléfonos corporativos que paga la Provincia está incluido el del candidato a diputado por UPC, Juan Schiaretti. Además de la irregularidad que se comete con el ex gobernador, también la Provincia le paga el teléfono a Ricardo Sosa, (2) el ex secretario General de la Gobernación, y actual legislador provincial.” (idem)
Atento
a que en esta oportunidad se cuenta con la línea de teléfono, de la que
puede investigarse, no solo su titularidad, sino el contenidos de
llamadas y textos, con mas los nombres de los involucrados que pudieren
ser pasibles de lo que dispone el art. 172 y 210 bis inc. h) y
siguientes del articulado penal, algún fiscal de los probos, que sin
duda integran el poder judicial cordobés tal vez se sienta motivado por
la nota y proceda a investigar los hechos que se denuncian, los que
ante el lujo de detalles que se ofrecen, puede llevarse a cabo una
exitosa investigación.
Pero,
como parece que este eterno funcionario de cualquier vertiente, hasta
suele ensombrecer al asombro, esta vez lo muestran en evidente in
fragante delito del que se espera una inmediata actuación judicial,
pues: “La línea registrada a nombre de Schiaretti es la 351-2002555 y
el programa de investigación incluso mostró el consumo correspondiente
al período de marzo. Otro dato llamativo surgió de la sábana de
llamadas internacionales donde se registran numerosas llamadas a
República Checa, EE.UU., Israel, Suecia, Italia, Reino Unido, Chile y a
un complejo en Punta del Este. De acuerdo a lo que informó el
conductor, Tomás Méndez, en Praga (República Checa) tiene una sede la
empresa Carlos Margariños, persona vinculada a Schiaretti, firma en la
que trabajaría el hijo del ex gobernador. Por otra parte, en Italia,
según la información de ADN, vive Federico Schiaretti, que según informa
en su perfil público de Facebook tiene residencia en Bari.” finaliza
diciendo el texto de la nota periodística.
Se
espera que ante el detallado caudal de información pasible de inmediata
verificación, se promueva una investigación judicial, que tienda a
poner en buen resguardo el manejo indiscriminado de los dineros públicos
a los que nos tiene acostumbrados este insólito protagonista de esta
inenarrable democracia.
FUENTE:
1- Diario La Mañana: http://www.lmcordoba.com.ar/nota/136546_el-celular-del-gringo-schiaretti
2-
Ricardo Sosa, otro integrante de la “banda Schiaretti” que también lo
acompañó en la Intervención a Santiago del estero en 1993.
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