viernes, 24 de junio de 2011

SANTIAGO OTRA VEZ CON “KARMA” DE CAMPEÓN

Por Desiderio Sosa Farías

El buen elenco santiagueños otra vez en lo alto de la tabla
Después de dos décadas – 1991 fue su último título nacional –, un período plagado de fracasos e incertidumbres en el marco competitivo, el basquetbol de Santiago vuelve a estar en una final del hoy ya devaluado Campeonato Argentino de Básquetbol, otrora “el mas argentino”.
Por fin otra vez estamos en los primeros planos, aunque lejos del fervor de otros tiempos, cuando la competencia ubicaba al baloncesto provincial entre los cuatro mejores del país. Aquel del Benja Arce, Gustavo Chazarreta, Alfredo Tulli, Inqui Ríos, Quebracho Torres, Chiquito Villalba, o más atrás en el tiempo Lledó, Martinetti, Ruffa, los Sanchez o Barrientos, para citar a algunos de los muchos que hubo, y que le configuraron esa mística exteriorizada en miles de santiagueños aportando su presencia en cada escenario donde se disputaba el magno certamen para apoyar, vibrar y sufrir, en cada triunfo o en cada derrota. Ello redundó en que el baloncesto santiagueño se convirtiera en una multitudinaria y permanente cita, y alcanzara gran popularidad.
Nuestro representativo enfrentará ahora en la final a otro grande y lleno de historias exitosas como Santa Fe.
Un adversario que en estas confrontaciones estadísticamente supera a los santiagueños a lo largo de los más de 80 años de Campeonatos Argentinos.
Los del Litoral fueron siempre en el concepto “la sombra negra” de Santiago. Una rivalidad que comenzó seguramente a plasmarse cuando en 1937, en Jujuy, con un basquetbol aún en pañales, nuestra selección con los hermanos Sánchez, “Chafa” Lledó, el “ Gordo” Jiménez y otros notables que le empezaban a darle lustre y prestigio a la actividad, deslumbraron al consagraron campeones argentinos por primera vez batiendo precisamente en la final a los santafecinos.
Allí debe haber nacido seguramente la férrea disputa; y aquella derrota que sufrió tan encumbrado adversario ante los santiagueños quedó marcada a fuego para futuras confrontaciones.
Volvieron a verse las caras en una circunstancia similar en La Pampa en 1960, y ganó Santa Fe con una apreciable diferencia, exhibiendo mejor táctica con un equipo físicamente fuerte y jugadores de elevada talla, mas el hándicap del nerviosismo de los jugadores santiagueños ya visiblemente instaurado desde antes del salto inicial de cada compromiso con ese rival.
En el Campeonato Argentino de 1968 ello volvió a patentizarse pero resultó la inversa. Fue Santa Fe, después del “cuco” de entonces, Provincia de Buenos Aires, el adversario mas difícil de sortear en semifinales.
Aquel enfrentamiento se enmarcó en un clima tenso dentro de la cancha, a tal punto que, una de las principales figuras del adversario de Santiago, Adrián Monachessi, acusó una crisis de nervios cuando el árbitro marcó su expulsión de la cancha. La imagen que reflejó ese momento en el rectángulo del Estadio Central de la Avenida Costanera acusó tintes dramáticos. Y esa circunstancia en el juego resultó clave para el triunfo de Santiago en tan duro compromiso para así encaminarse al título cuando disputó después aquel otro infartante encuentro decisorio con Provincia de Buenos Aires que lo consagró campeón nacional por cuarta vez en la historia de los argentinos.
Meritorio entonces que después de haber cosechado descensos de categoría o jugar para salvarla en los últimos 20 años, este grupo de muchachos conducidos por “Pancho” Fernández vuelva estar en una final de este certamen, como si el “karma” de otros gloriosos tiempos que acompañó a Santiago del Estero con éxito en el basquetbol nacional, se haya reinstaurado.
Ya no importa el resultado. Campeones, mejor que mejor, o subcampeones, da lo mismo. Porque queda plasmado de que este grupo humano trabajó con responsabilidad y dedicación haciendo honor a viejos y gloriosos pergaminos.

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