sábado, 16 de julio de 2011

BORGES O CORTAZAR.

Por Francisco Montesano
Jorge Luis Borges y Julio Cortazar dos de los intelectuales más notables del siglo XX Dos eximios escritores de los cuales nos podemos vanagloriar los argentinos de que sean eso, argentinos. Sus obras inmortales hacen que se los considere como los eruditos más grandes del siglo pasado. Borges quien con sus relatos no impide que la lectura de sus escritos suscite momentos de viva emoción o de simple distracción. Escribió ontologías fantásticas, cuentos, retratos utópicos, novelescos, etc, una variedad de escritos innumerables.
La poesía fue uno de los apoyos literarios de Borges, pero el ensayo y la narrativa fueron los géneros que le reportaron el reconocimiento universal.
Entre sus Cuentos, podemos recordar: Historia universal de la infamia, El Hombre de la esquina rosada, El Aleph, Funes el memorioso y Ensayos como Inquisiciones, El tamaño de mi esperanza, etc.
En cuanto a la política se definió: “Yo descreo de la política no de la ética. Nunca la política intervino en mi obra literaria, aunque no dudo que este tipo de creencias puedan engrandecer una obra. Vean, si no, a Whitman, que creyó en la democracia y así pudo escribir Leaves of Grass, o a Neruda, a quien el comunismo convirtió en un gran poeta épico… Yo nunca he pertenecido a ningún partido, ni soy el representante de ningún gobierno… Yo creo en el Individuo, descreo del Estado. Quizás yo no sea más que un pacífico y silencioso anarquista que sueña con la desaparición de los gobiernos. La idea de un máximo de Individuo y de un mínimo de Estado es lo que desearía hoy,,,
Por su parte Julio Cortazar fue uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, maestro del relato corto, la prosa poética y la narración breve en general.
En el campo social el escritor confesó: «El amor de Cuba por el Che me hizo sentir extrañamente argentino el 2 de enero, cuando el saludo de Fidel en la plaza de la Revolución al comandante Guevara, allí donde esté, desató en 300.000 hombres una ovación que duró diez minutos».
En noviembre de 1970 viajó a Chile, donde se solidarizó con el gobierno de Salvador Allende y pasó unos días para visitar a su madre y amigos, «y ahí el delirio fue una especie de pesadilla diurna» contó en una carta.
Es autor de relatos fantásticos y una magnifica prolijidad literaria como: La otra orilla, Bestiario, Final del juego, Las armas secretas, Historias de cronopios y de famas, Todos los fuegos el fuego, Rayuela y una biblioteca infinita.
Dos Hombres ubicados en las antípodas del pensamiento político/social, ¿son dignos de ser valorados por su posición ideológica?
Quienes piensan que si, no son más que ignorantes. Ninguna persona puede ser evaluada por su inclinación social o su visión de la realidad que le toca palpar.
Ese pensamiento hace que funcione la hoguera con la cual Hitler quemo miles de libros en la Alemania Nazi y la destrucción de obras pictóricas consideradas inmorales e impropias de la contemplación de la humanidad.
Todo esto hecho solo por un grupo de iluminados, que se hacen llamar intelectuales o artistas.
Esto lo hemos vivido en estos días aquí, en Buenos Aires, solo el comienzo, la semilla esta germinando.
El Músico Páez dijo que “da asco la mitad de Buenos Aires” y que “hace tiempo que lo vengo sintiendo”. “Siento que el cuerpo celeste de la ciudad se retuerce en arcadas al ver a toda esta jauría de ineptos e incapaces llevar por sus calles una corona de oro, que hoy les corresponde por el voto popular pero que no está hecha a su medida”, Páez también dice que “da asco la mitad de Buenos Aires” y que “hace tiempo que lo vengo sintiendo”. “Siento que el cuerpo celeste de la ciudad se retuerce en arcadas al ver a toda esta jauría de ineptos e incapaces llevar por sus calles una corona de oro, que hoy les corresponde por el voto popular pero que no está hecha a su medida”.
Parece un discurso Hitleriano más que una nota sobre las elecciones porteñazas, ¿Será tal vez por añoranza?
Pobre Fito, Fernández, González y todos aquellos que se creen superiores.
Hasta algunos se dicen intelectuales.
Para ellos Baltasar Gracián (escritor español -1601-1658-) escribió esta frase:
“El primer paso de la ignorancia es presumir de saber”.

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