lunes, 15 de julio de 2013

EXPLOTAR LA “SANTIAGUEÑIDAD”¿HASTA DONDE?

                                                    
EXPLOTAR LA “SANTIAGUEÑIDAD”¿HASTA DONDE? por Pinguy Juárez
 
 
La escasez de noticias que se difunden en la prensa escrita local - hoy más que nunca, traducidas a diario en un compendio de sucesos policíacos o judiciales – refleja contundentemente el esfuerzo de quienes la generan o difunden en promover el interés de los lectores con el afán de configurarle un vinculo localista bajo la intención evidente de explotar de algún modo ese consabido y conocido sentimiento de provincianismo y concitar expectativas a través de una rebuscada identidad.
Podría establecerse acaso que tal intención, desde un punto meramente objetivo, no hacen más que ubicar a esas publicaciones en un plano de características pueblerinas, lo que reflejaría, en un análisis más profundo, un marcado conservadorismo localista aunque distanciado de una cultura concordante con las tendencias actuales de modernismo y progreso.
Las noticias siempre buscan en el protagonista de un hecho, cualquier índice de vinculo o relación con Santiago para que tenga más destaque. “Fulano o fulana, tiene raíces santiagueñas”, aunque estas fueran en la realidad muy indirectas. Con ello se procura resaltar con identidad propia la noticia, cuando a lo mejor esa persona ni conoce Santiago, o su vínculo con ella resulta meramente circunstancial o accidental.
Una simple recorrida por la historia del futbol y sus protagonistas es un claro ejemplo que mueve a este comentario, cuando se trata de quienes vistieron la casaca de la selección nacional y son “ilustrados” de santiagueñidad por las crónicas, cuando este hecho fue meramente casual o accidental.
Entre los santiagueños genuinos que pasaron por el combinado argentino, porque se formaron futbolísticamente aquí, y resultan nuestros “auténticamente” fueron: Luis Adolfo Galván, Luis Gregorio Gallo, Walter Jiménez, Roberto Artemio Gramajo, Miguel Ángel Ruiz, José Carrillo, Vicente Sayago, Alberto Helman y Segundo “Ita” Luna.
Pero aunque se quiera, no pasa lo mismo con Julio Cruz, que nació en Santiago pero sus primeros botines calzó en Temperley para seguir luego en otros clubes argentinos en primera hasta alcanzar la cúspide en Europa.
Rubén Marino Navarro, nativo de La Banda, pero formado en las divisiones inferiores de Independiente hasta llegar a la capitanía y ser campeón; y René Orlando Houseman, también bandeño de nacimiento pero radicado de pequeño en Buenos Aires para formarse en el club Excursionista, llegar más tarde a Huracán, Colo Colo de Chile, River Plate y concluir en su club de origen.
Tres ejemplos contundentes a los que no se les puede atribuir una auténtica santiagueñidad futbolística sino de un mero nacimiento en estas tierras, aunque se pretenda enarbolar esa condición que luce apartada de un origen más autentico en su proyección final.
Pero otra cosa es la adopción a la santiagueñidad. Jorge Washington Abalos es un ejemplo claro. Oriundo de la Provincia de Buenos Aires se hizo investigador aquí, y de hecho su proyección en el contexto nacional e internacional convalida el origen santiagueño, finalmente, a lo que hay que sumar que además echó raíces y dejó un legado que como santiagueños nos enorgullece.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario